Willie Reed, una oportunidad de redención en la G League

Finales de enero de 2018. Los Clippers traspasan a Willie Reed a los Pistons, en la operación marcada por el nombre y apellido de uno de sus integrantes: Blake Griffin. Reed hace el camino hasta Michigan junto con el ala-pívot, un trayecto deportivo desde Los Angeles en el que todavía sigue, y con grandes resultados, Griffin, pero del que se salió, o le sacaron, Reed. A principios de febrero y después de tres apariciones testimoniales con los Pistons, Reed es suspendido por la NBA con 6 partidos por un asunto de violencia doméstica acaecido en agosto de 2017, fruto de una discusión con su mujer cuando esta le pidió el divorcio.

En ese agosto de 2017, Reed había suscrito ya en la agencia libre un contrato por un curso y el mínimo salarial con los Clippers. Reed había renunciado, vía player option, a 1,09 millones de dólares con los Heat para al 2017-18. Su agente, decían medios estadounidenses, le había animado a ello, cuantioso parecía el pastel del mercado salarial. No lo fue, a Reed le costó muchísimo encontrar acomodo por más dinero del renunciado y al final, se tuvo que conformar con ese 1,58 millones de dólares con los Clippers. Reed acabó demandando a su agencia de representación.

Traspaso a Chicago y despido

El 6 de febrero Reed es sancionado por la NBA por el lamentable asunto de violencia doméstica. Además de los 6 encuentros, la liga le imponía una multa de 65.262 dólares. El famoso 8 de febrero, cuando Isaiah Thomas era enviado desde los Cavaliers a los Lakers, los Pistons se quitaban de encima al pívot y lo traspasaban a los Bulls, en modo tanking absoluto, a cambio de Jameer Nelson. Ese mismo día, Reed era despedido por los Bulls sin debutar. Ahí se detenía la carrera del interior de entonces 27 años: 152 partidos en la NBA, repartidos entre Nets, Heat, Clippers y Pistons, y unas medias de 4,9 puntos y 3,8 rebotes, siempre desde el puesto de rotación. Reed había debutado en la 2015-16 con Brooklyn, después de un camino previo otra vez salpicado por asuntos penales turbios, apartado de la Universidad de Sant Louis antes de que empezara su tercer año allí, el curso 2010-11. ¿La razón? Un asunto controvertido de agresión sexual donde estuvieron implicados otros jugadores del centro. Tras ello, y después de arrancar mal su carrera profesional, fuera del Draft de 2011 y con una etapa fallida en el Sant Josep de Girona, echó a andar su vida en la G League, a la que ahora regresa.

Número 1 del Draft

De la G League, hace unos días, octubre de 2018. Los Salt Lake City optaron por Reed, fuera del foco profesional desde su despido en Chicago. Meses y meses de ausencia, con un ligero, ligerísimo interés de los Knicks por él este verano. Así que en octubre, con 145 partidos a cuestas en la G League y cuatro temporadas de experiencia, decide firmar un contrato con la liga, requisito indispensable para formar parte de ella. Y se presenta al Draft, donde los Salt Lake City, el afiliado de los Jazz, tienen el número 1 de la gala a celebrar el 20 de octubre. Reed es favorito a ser el primer nombre en sonar en el Draft de la G League 2018. Y así sucede. Desde ese día arranca su enésima redención.

Lo hace acompañado de viejos conocidos, como el técnico asistente Alex Jensen, con el que coincidió en la Universidad de Sant Louis y para el que solo tiene buenas palabras. “Estoy emocionado. Alex Jensen fue el entrenador en Sant Louis que realmente trabajó con los ojos puestos en mí. Estuve un montón de tiempo con Alex Jensen. Me ayuda mentalmente. Creo que él sabe lo que es mejor para mí”, aseguró Reed a Deseretnews poco después de saber su destino

“Es el mejor jugador del Draft”, añadió su nuevo entrenador jefe, Martin Schiller. “Es un jugador NBA que por diversas razones no está en la liga ahora mismo. Nuestro trabajo es llevarlo de vuelta lo más rápido posible”.

Porque así es la G League, terreno de sueños, de miserias en muchos casos, de pocos miles de dólares. Tierra de hoteles de segunda, vuelos de aquella manera y pabellones helados. Punto de redención, de vuelta a la humildad, en muchos casos. Trampolín hacia algo mejor, lugar de paso.

“No te miento, estoy emocionado. Listo para trabajar. Sé que siempre he sido un jugador con un rol (de rotación). Ahora quiero ser un líder”. La G League empieza este fin de semana. Y Reed, familiar de Willis Reed, aquel jugador que apareció cojo en el séptimo partido de las Finales del 70 para dar el anillo a los Knicks, está preparado. Dure lo que dure. Debutó ayer, 34 puntos, 14 rebotes, 2 asistencias, 1 robo, 1 tapón y 15/17 en tiros de campo. No está mal para empezar el camino de vuelta.


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