Si a finales de septiembre hubiésemos planteado estas dos franquicias como nuestro par de caballos para medirse en la gran Final de la NBA Cup, nadie habría podido objetarnos gran cosa desde un plano aséptico, pues tanto Oklahoma City Thunder como Milwaukee Bucks tenían plantilla y favoritismo suficiente para colarse en la noche de gala.
Ahora bien… ¿quién hubiese matenido su apuesta por los Bucks hasta hace menos de un mes? A 10 de noviembre, los de Wisconsin estaban acariciando el farolillo del Este con un balance de 2 victorias y 8 derrotas. El equipo estaba tocado y prácticamente hundido, y Doc Rivers a punto de ser defenestrado.
El baloncesto que practicaban en pista los campeones de 2021 era tosco y previsibible, la plantilla parecía agotada, la química con Lillard inexistente y Giannis Antetokounmpo una haz de luz insuficiente.
Vuelco total
Desde entonces, no sabemos exactamente qué conjura interior habrá habido, pero los Bucks han logrado dar un giro radical a la situación.
Su racha actual es inversa a la de entonces (8 victorias, 2 derrotas), ya son sextos de su conferencia, en zona de pase directo a playoffs, las dos estrellas del equipo no solo coexisten sino que conectan al fin… y los Bucks son conjunto finalista de la NBA Cup tras derrotar anoche a los Atlanta Hawks por 110 a 102, con 32 puntos y 14 rebotes de Giannis, y 25 de Damian Lillard, haciendo ambos inútil la exhibición de Trae Young de 35 puntos y 10 asistencias.
Doc Rivers reafirmado, rumbo enderezado, un título al alcance de la mano y la evidencia de que estos Bucks, con Middleton recuperado para la causa (22 minutos disputó anoche saliendo desde el banquillo), estarán listos para dar guerra una vez la primavera rompa en flor.
Mucho Anteto
El griego brilló por encima de todos (notándose en el marcador los pocos minutos que pasaba en la banca), reduciendo a polvo la estrategia de Quin Snyder de ir turnándole en sus defensores, probando con sus tres especalistas (Daniels, Hunter, Johnson) e incluso con los pívots, para tratar de equiparar el duelo de alturas. Todo fue en vano.
¿Chet… qué?
Sabíamos que en Oklahoma la profundidad y calidad de la plantilla era tal, que podrían lidiar con la baja del que era su segundo mejor hombre (y para algunos ya la gran referencia), el pívot de ‘tercer año’, Chet Holmgren.
Pues bien, lejos de bajar el pistón y poner excusas, resumimos numéricamente la marcha del equipo desde que se quedaron sin su center el pasado 11 de noviembre: 15 triunfos y sólo 3 derrotas. Suficiente para liderar actualmente el Oeste, con dos partidos de margen sobre los Grizzlies, que ocupan la segunda plaza.
Ellos serán el rival y escollo que los Bucks tendrán que superar si quieren alzarse con la copa Emirates el próximo 17 de diciembre (madrugada del 18 en horario europeo), posiblemente el más díficil de entre todos los posibles, dado su estado de forma actual, y que se ha repuesto de la baja de Chet como quien se repone de un ataque de hipo.
Anoche se batieron por el otro puesto en la Final con los Houston Rockets, en un partido de altos vuelos y donde ambos salieron decididos a por la victoria y el billete.
Pero los Thunder fueron mejores en la segunda mitad y supieron cerrar el partido en el último cuarto (parcial de 13-2 a falta de cinco minutos para el final), ganando 111-96, con 32 puntos de Shai Gilgeous-Alexander, 20 de Jalen Williams, 19 de Luguentz Dort y 21 de un Isaiah Hartenstein que grita muy fuerte lo tremendamente acertado de su fichaje estival procedente de los Knicks, y afirmar que sí, que mientras dure la baja Holmgren en Oklahoma, seguirá habiendo un gran pívot.
La gran defensa desplegada a toda cancha, una de sus señas de identidad, hizo bajar a mínimos la efectividad el ataque de los tejanos, el cuál se quedó en porcentajes pauérrimos acierto (36,5% en tiros de campo, 23,9% en triples), necesitando lanzar dieciséis triples más que su rival para anotar los mismos que encestaron estos: once.
En menos de tres días, primer título de la temporada en juego entre Oklahoma City Thunder vs. Milwaukee Bucks en el T-Mobile Arena (Paradise, Nevada). Elegid vuestro caballo ganador.
(Fotografía de Fadeaway World)
