El mejor y peor contrato de cada equipo de la Conferencia Este

Un buen o un mal contrato en el momento adecuado puede condicionar el futuro de una franquicia. La flexibilidad salarial es un valor determinante a la hora de confeccionar plantillas, especialmente en estos tiempos de grandes contratos, donde la perspectiva cortoplacista o el deseo de no dejar ir a determinado jugador acaban generando problemas que se arrastran durante años. A continuación, repasaremos cuáles son los mejores y peores contratos en vigor de cada equipo del Este, teniendo en cuenta tanto su valor inmediato como lo que pueden condicionar a largo plazo según el caso.

Cabe destacar que no se han tenido en cuenta los contratos de rookie cuya remuneración y duración viene establecida por la NBA, es decir, aquellos firmados por los jugadores elegidos en primera ronda del Draft. Además, la mención en cualquiera de las dos categorías no supone definir un contrato como maravilloso o desastroso de por sí, pues depende en gran parte de lo bien o mal que esté rodeado en su plantilla.

Atlanta Hawks

Mejor: Jabari Parker. 6,5 millones para un jugador con un talento incuestionable y que, quizás ahora que ha quedado algo relegado al olvido y se ha perdido mucha fe en él, pueda encontrar la estabilidad que necesita su juego. Es probable que este acabe siendo otro año sin pena ni gloria en su historial, pero ¿y si…?

Peor: Chandler Parsons. El que lleva siendo el paradigma de mal contrato durante muchos años pasará su temporada de expiring en los Hawks cobranddo 25 millones de dólares. Con todo, si hay un equipo con espacio para asumir semejante barbaridad a cambio de tan poco rendimiento (salvo repentina sorpresa) ese es Atlanta.

Boston Celtics

Mejor: Enes Kanter. La dramática salida de Al Hoford fue suplida de forma difícilmente mejorable por el pívot turco, que, aunque lejos de ser tan completo como el dominicano, viene de unos playoffs de los que ha salido muy reforzado. 4,8 millones por él resultan ahora mismo una ganga.

Peor: Gordon Hayward. Se hace duro colocarlo aquí por motivos físicos, pero lo cierto es que ahora mismo cuesta imaginar que su rendimiento pueda justificar los 32 millones que recibirá este año. La temporada pasada dejó destellos, pero no los suficientes como para creer ciegamente en que vuelva a ser el de la 16-17.

Brooklyn Nets

Mejor: Rodions Kurucs. El letón, con unas condiciones envidiables y un potencial inmenso, estará hasta 2022 cobrando menos de 2 millones anuales, lo que le convierte en una de las gangas del la Liga. Mención especial para Dinwiddie, al que las llegadas de Irving y Durant posiblemente releguen a un rol más secundario y más ajustado a sus 10 millones, que siguen siendo pocos si nos basamos solo en su calidad.

Peor: DeAndre Jordan. El problema no son tanto sus 10 millones como el hecho de que vaya a estar recibiendo dicha cantidad hasta 2023. Viene de una temporada bastante errática, y aunque sigue siendo un jugador con capacidad de aportar está ocupando un espacio muy valioso que los Nets echarán en falta cuando LeVert y Allen tengan que ser renovados. No obstante, si su presencia es el precio a pagar por tener a Irving y Durant en el equipo, suena más asumible.

Charlotte Hornets

Mejor: Dwayne Bacon. No es que haya mucho positivo que rascar en Carolina del Norte. El alero, joven, con una notable progresión de su primer a su segundo año y un salario que roza el mínimo, se lleva este puesto casi por descarte.

Peor: Nicolas Batum. La competencia por este dudoso honor en los Hornets es feroz, pero los 25,6 millones del francés (con su player option de 27 para la temporada que viene) se llevan la palma. Qué daño hizo el verano de 2016…

Chicago Bulls

Mejor: Ryan Arcidiacono. Sin ser un gran jugador, ha cumplido muy bien en su rol y en Chicago están muy contentos con él. Su renovación (9 millones a recibir en tres años), permitirá a los de Ilinois seguir disfrutando de un hombre de mucho trabajo a un precio casi mínimo.

Peor: Otto Porter Jr. Un contrato completamente excesivo que, como ocurre con Parsons, al menos es asumido por un equipo sin problemas de espacio con la diferencia de que el ex de los Wizards sí puede tener cosas que decir en la pista.

Cleveland Cavaliers

Mejor: Cedi Osman. Viene de hacer una buena temporada, es un jugador del que cabe esperar progresión, y su salario será de menos de 3 millones (3,6 en la 20-21). Más que de sobra para ocupar este puesto ante la escasa competencia que hay en Ohio.

Peor: Kevin Love. No es solo que esté recibiendo una remuneración poco acorde a su rendimiento, sino que su presencia es ahora mismo un obstáculo para la reconstrucción de los Cavaliers. El intento de convertirlo en el número 1 tras la salida de LeBron tardó muy poco en volverse en contra de la franquicia.

Detroit Pistons

Mejor: Markieff Morris. Aunque es su hermano el que más llama la atención actualmente, un jugador de sus características por solo 3,2 millones suena a un contrato bastante deseable.

Peor: Andre Drummond. Uno de los jugadores que más impresionan por sus números y que más pierde una vez que te paras a verlo jugar. Es un hombre con unas condiciones envidiables, pero ahora mismo lo único que tiene de pívot dominante es el salario.

Indiana Pacers

Mejor: T.J. Warren. Un jugador de calidad contrastada, con un contrato se moverá entre los 10 y los 12 millones de aquí a 2022 y que llegó a Indiana regalado este verano. Una de esas cosas raras que hacen en Phoenix.

Peor: Doug McDermott. Su incorporación parecía un gran acierto por parte de los Pacers, pero su rendimiento no llegó a ser el deseado. Sin ser un desastre (no hay ningún contrato realmente malo en Indiana), puede y debe aportar más en su segundo año.

Miami Heat

Mejor: Justise Winslow. Ha tenido problemas para jugar a su mejor nivel de forma estable durante sus primeros años, pero viene de hacer su mejor temporada y está aún a tiempo de terminar de explotar. Tendrá tres años para hacerlo en Miami a cambio de 13 millones que, si las cosas van bien, pueden acabar quedándosele bastante cortos.

Peor: Meyers Leonard. Ser agente libre en 2016 ha sido definitivamente lo mejor que le ha podido pasar a muchos jugadores. Solo aquel boom económico y un buen agente explican que el ex de los Blazers lleve tres años (serán cuatro este curso) cobrando alrededor de 10 millones.

Milwaukee Bucks

Mejor: Wesley Matthews. Un jugador bastante completo a cambio del salario mínimo que llega para cubrir una posición que quedaba huérfana. No es Brogdon pero es sin duda lo mejor que podían sacar de la agencia libre en relación calidad-precio.

Peor: Khris Middleton. Los Bucks se vieron obligados a darle un máximo para renovarlo, y aunque es comprensible de cara a seguir compitiendo, es un contrato con muchas opciones de volverse perjudicial. Una vez que Antetokounmpo renueve, el margen de maniobra en Wisconsin se reducirá prácticamente a cero.

New York Knicks

Mejor: Allonzo Trier. Su irrupción es posiblemente lo mejor que ocurrió la temporada pasada en la Gran Manzana. Los neoyorquinos lo sacaron prácticamente de la nada y podrán contar con él a muy poco precio durante dos años más.

Peor: Bobby Portis. De entre los hombres incorporados en esta agencia libre, es posiblemente el que llega con un salario menos acorde a lo que ha demostrado. Ha apuntado buenas maneras, pero su historial extradeportivo no ayuda a creer especialmente en él.

Orlando Magic

Mejor: Al-Farouq Aminu. Polivalencia, gran defensa, capacidad para castigar en los tiros abiertos… Cuesta creer que por 9 millones anuales no haya acabado en algún equipo de más aspiraciones, porque es un jugador de rotación que encajaría perfectamente en muchos sitios.

Peor: Nikola Vucevic. Pese a que viene de ser All-Star y de cuajar una gran temporada, el montenegrino no es un hombre con el nivel suficiente para ser número 1 en un equipo de grandes aspiraciones. Si Orlando quiere seguir creciendo, darle 100 millones en cuatro años se antoja excesivo, especialmente cuando tendrán que afrontar renovaciones del núcleo joven en no mucho tiempo. Al menos, al igual que hicieron con Gordon, han ajustado el contrato para que su salario anual vaya decreciendo con el paso de los años.

Philadelphia 76ers

Mejor: James Ennis. Cumplió con creces el año pasado, y aunque necesita algo más de consistencia en el tiro exterior para ser determinante es un lujo para un equipo tan maniatado haber podido retenerlo por el mínimo. Su generosidad ha compensado los millones que no perdonó Mike Scott en su renovación.

Peor: Al Horford. Si bien la incorporación del dominicano da un plus notable a la plantilla de los Sixers en su búsqueda por el éxito inmediato, supone un enorme condicionante a medio plazo. El ex de los Celtics, con 33 años, cobrará entre 26 y 28 millones durante las próximas cuatro temporadas, en las que es esperable una caída en su rendimiento. Ha sido el elegido sobre Tobias Harrias (otra renovación millonaria que posiblemente lamenten en varios años) por su edad y porque el alero, aunque no brilló como en los Clippers en sus primeros meses, aporta un plus de tiro exterior que los de Pensilvania necesitan como el comer.

Toronto Raptors

Mejor: Rondae Hollis-Jefferson. En su paso por los Nets ha demostrado lo suficiente como para cobrar más de los 2,5 millones que recibirá este año en Canadá. Una apuesta de muy poco riesgo y que seguramente busque reivindicarse para aspirar a más el próximo verano.

Peor: Kyle Lowry. Cabe destacar que no hay ningún contrato desastroso en el cuadro canadiense, en el que quizás lo más sangrante sea invertir más de 30 millones anuales en un jugador que no pasa de ser un número 2 (ahora sin un número 1 al lado). Con todo, el base es expiring, lo que permitirá a la franquicia reajustar su salario el próximo verano.

Washington Wizards

Mejor: Thomas Bryant. De lo mejor de los capitalinos en la 18-19. Va en clara línea ascendente, y han logrado quedárselo por un precio bastante bajo para los tiempos que corren.

Peor: John Wall. ¿El peor contrato de la NBA? Desde luego entra en el debate. Resulta impensable que pueda acercase a su mejor versión tras tantas lesiones de largar duración, pero aún así comenzará este curso un contrato que le hará recibir 171 millones de dólares de aquí a 2023.

(Fotografía de portada: Patrick Smith/Getty Images)


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