Los Warriors ganan en Portland y ponen pie y medio en las Finales

Salvo monumental sorpresa, los Golden State Warriors serán el campeón de la Conferencia Oeste por quinta temporada consecutiva. El conjunto de Oakland se impuso a Portland en el tercer partido de la serie por 99-110 y se coloca con un 3-0 en la eliminatoria, marcador que nadie ha remontado jamás, y no parece que estemos de cerca de la primera vez. Historia y sensaciones apuntan en una clara dirección, y no es en la de los Blazers.

El rumbo del choque tuvo ciertas similitudes con el Game 2. Como en él, los de Terry Stotts abrieron una brecha importante en la primera mitad y se marcharon claramente por delante al descanso (68-53), pero, de nuevo, la segunda parte hizo que los campeones desplegasen todo su potencial. Y cuando eso ocurre, hay poco que hacer.

Pequeños ajustes

Tanto Kerr como Stotts realizaron pequeñas modificaciones en sus quintetos de cara al encuentro. Fue especialmente sorprendente la del técnico de Golden State, que optó por formar con Damian Jones como pívot titular, aunque sus tres tempraneras faltas hicieron que se marchase muy pronto al banquillo para no volver. Aun así, sus 3:17 minutos son más de lo había jugado en todos los partidos de estos playoffs juntos.

Más relevante fue la titularidad de Meyers Leonard en la pintura de los Blazers, quien fue sin duda uno de los hombres de la primera parte. El pívot anotó en esta mitad 13 de sus 16 puntos, y su buen hacer en los dos aros dio un impulso a los suyos y pronto justificó su sorprendente inclusión en el quinteto. Enes Kanter, relegado al banquillo por esta decisión, solo jugó 7 minutos, su mínimo en esta postemporada.

Huracán Green

Aunque Stephen Curry, autor de 36 puntos, fue el máximo anotador del partido, resulta imposible no destacar a Draymond Green por encima del resto. El ala-pívot firmó su séptimo triple-doble en playoffs tras acabar con 20 tantos, 13 rebotes y 12 asistencias, cifras que redondeó con 4 robos y un tapón. Como de costumbre, fue el hombre para todo en los Warriors, solo que esta vez la estadística sí tuvo un valor acorde a su rendimiento en pista.

«No sé qué decir de él. Fue una bola de demolición que iba destruyendo todo a su paso». Así describió Kerr la actuación de Green, quien se encargó de arrasar a los Blazers en casi todos los aspectos del juego: fue agresivo y efectivo en defensa, inteligente leyendo y distribuyendo cuando recibía el balón tras el pick and roll con Curry, decidido impulsando a los suyos en las transiciones…Una exhibición.

Por parte de los locales, Damian Lillard y C.J. McCollum fueron los líderes ofensivos con 19 y 23 puntos respectivamente, pero lo hicieron con unos porcentajes realmente pobres (12/38 entre ambos) y sin la trascendencia en el juego que acostumbran a tener. El base, en concreto, acabó con un -23 en sus 39 minutos en cancha, aunque, según ha informado Shams Charania para The Athletic, está jugando con una lesión en las costillas. Ambos deberán dar un paso adelante si no quieren que la serie llegue a su fin el lunes, lo cual supondría un golpe muy duro y dejaría un cierto sabor agridulce en una postemporada que solo debería verse como un éxito.

(Fotografía de portada: Steve Dykes/Getty Images)


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