Rick Carlisle y Rajon Rondo protagonizaron uno de los culebrones de la temporada pasada en Dallas Mavericks. La relación entre ambos fue algo imposible de reorientar y la aventura del base en Texas terminó en menos de un año, de forma prematura y decepcionante.
Ahora, separados por más de 2.700 kilómetros, parece que puede llegar la tregua. «El año que viene va a ser un jugador de máximo (salarial). Alguien va a tener que ahorrar para atraparlo», decía el entrenador al periodista Tim Cato.
Y es que el base de Sacramento Kings se encuentra en año de contrato y ha vuelto a dar muestras de su nivel a las órdenes de George Karl. 12,4 puntos, 11 asistencias y 7,3 rebotes de media en los 18 partidos del curso, unos números que recuerdan al Rondo de Boston Celtics y hacen olvidar al que pasó con más pena que gloria por los Mavs.