No hubo regalo por Navidad para LeBron James en la reedición de las pasadas Finales. Stephen Curry, y sobre todo un pletórico Draymond Green, que acabaría con 22 puntos, 15 rebotes y 7 asistencias, doblegaron en un partido con aroma de Playoffs a Cleveland Cavaliers por 89-83.
Empezaron mejor los Warriors. Liderados por Green, autor de 10 puntos y 5 rebotes en el primer cuarto, y aprovechando el desacierto de su rival, que se quedó en un preocupante 7 de 25 en tiros en estos primeros 12 minutos, fueron construyendo una renta que llegó hasta los nueve puntos a la conclusión de este primer periodo (28-19).
A quien se vio aún lejos de su mejor nivel, tanto al inicio del partido como durante el desarrollo del mismo fue a Kyrie Irving, al que parece faltarle cierta velocidad en sus ejecuciones, lo que le resta a su vez una efectividad que acabó dejándole en 13 puntos tras un 4 de 15 en tiros de campo.
Con el partido en cierto modo bajo control, el susto se adueñó de la afición de Oakland, que veía como Curry se apresuraba hacia el vestuario con molestias en su gemelo derecho. Esa ausencia del actual MVP creó algo de desconcierto en los Warriors, que vieron como su fluidez daba paso a un bloqueo que les dejó en sólo ocho puntos en los primeros nueve minutos del segundo cuarto. Sólo el regreso de Curry a falta de 5:28 devolvió el temple a Golden State para alcanzar el descanso con una mínima renta (45-42).
Tras el paso por vestuarios el sabor a partido importante, prácticamente de postemporada, aumentó hasta el punto de que ambos equipos se contagiaron de un juego que por momentos iba únicamente dirigido por los corazones. En esa zona, la de la tensión competitiva, se movió bastante bien Cleveland, que no dejaba que su rival se marchase más allá de seis puntos para iniciar el cuarto decisivo.
Con el marcador abierto (81-77) a falta de 1:30 para la conclusión, apareció uno de los pocos problemas que existen en el juego de LeBron James, los tiros libres. La estrella de los de Ohio erró tres de cuatro lanzamientos para que Stephen Curry pudiese definir el partido. El base de los Warriors demostró una vez más la gran lectura que hace de cada partido, ya que, entendiendo que no tenía su mejor noche en el tiro exterior, acabó con 1 de 4 en triples, decidió irse a por el aro en dos penetraciones que resultaron decisivas para que su equipo se acabase llevando el triunfo.
Livingston, el inesperado
En un encuentro de tal calibre se esperaba que las grandes estrellas llevasen el timón en todo momento, pero con lo que no contaba casi nadie era con que Shaun Livingston hiciese el que es hasta ahora su mejor partido de la temporada. El base suplente concluyó con 18 puntos tras una serie de 8 de 9 en el lanzamiento, convirtiéndose así en el mejor escudero del backcourt para Stephen Curry, que acabó con 19 puntos, 7 rebotes y 7 asistencias, y para Klay Thompson, que se fue hasta los 19.
Iguodala sobre LeBron
Aunque James acabó como el máximo anotador de la noche con 25 puntos, lo cierto es que se le vio sufrir en varias ocasiones contra Andre Iguodala, sobre todo en un último cuarto que concluiría con una serie de 3 de 8 en el lanzamiento. En el cómputo global se quedó en 10 de 25. Tampoco tuvo una buena noche Kevin Love, que acabó con 10 puntos tras fallar los cinco triples que intentó.
Menos de 100
Pese a la derrota Cleveland puede sacar una lectura muy positiva en cuanto a su defensa. Para empezar dejaron a los Warriors por debajo de 100 puntos en el Oracle Arena, algo que no había ocurrido en los últimos 47 partidos. Por si fuese poco les dejaron por debajo de los 20 puntos en el segundo cuarto (17) y en el tercero (19), un dato que gana enteros al ver como Golden State ha superado tal marca en 108 de los 112 cuartos que llevaba disputados.
Imparables en casa
Con este último triunfo los Warriors suman 32 consecutivos en casa en temporada regular, o lo que es lo mismo, no pierden ante su público en regular season desde el lejano 27 de enero de contra Chicago Bulls.