Gary Payton pertenece a esa hornada de grandes talentos de los 90; un tipo de jugador que no solo se caracterizaba por su espectacularidad, sino por una tensión competitiva que entendía de estrellas ni roles. Ahora, retirado desde hace más de una década, recuerda con cariño aquellos años en los que era él quien hacia vibrar a los aficionados con su guante en la cancha.
«Siempre voy a decir que mi era fue la mejor, porque jugué en ella. Y los muchachos de hoy van a decir que la suya es la mejor. Ellos nos vieron jugar a nosotros de la misma forma que yo crecí viendo jugar a Magic Johnson y George Gervin, y aún así digo que mi época fue mejor, los de ahora van a decir lo mismo de nosotros», comenta en declaraciones recogidas por Metro durante su estancia en San Juan (Puerto Rico), donde participará en el Coors Light Sixth Man NBA Fest.
Aunque vea claro que cada uno definirá su momento en la Liga como el mejor de la historia, no duda en afirmar que el momento actual es diferente a nada que se haya visto antes, ya que la espectacularidad de los bases ha llegado a cotas insospechadas. «Curry y Westbrook, por ejemplo, son anotadores, son escoltas convertidos en bases, y eso a todo el mundo le encanta. Porque anotan, son espectaculares y entretenidos. Yo era mucho más básico, pero hacía mi trabajo. No me tenía que pasar la bola entre las piernas, tirar triples… Yo trabajaba duro y defendía a un Michael Jordan, un Mitch Richmond o un Reggie Miller. Éramos unos ‘matones'».
Siguiendo en el presente, Payton cree que las Finales estaban desequilibradas antes de empezar, por lo que no le sorprende el actual 3-0 a favor de Golden State. «Lo más probable es que los barran. Todo depende de lo que Golden State quiera hacer. Si quieren ganar en su casa o si quieren ganar en la carretera. Ya el año pasado lo hicieron como locales; en 2015, de visitantes. Los equipos como Houston y Golden State están muy por encima de los de la Conferencia Este. En un principio dije que Golden State ganaba en cinco juegos, pero ahora puede ser en cuatro».
Su anillo
Payton brilló durante diez años en Seattle antes de empezar el periplo de persecución del anillo. Lo intentó en Los Angeles Lakers, donde no fue suficiente con tener de compañeros a Kobe Bryant, Karl Malone y Shaquille O’Neal. No desesperó. En verano de 2005 se unía a Miami Heat para por fin saborear lo que es ser el mejor. Cierto es que aquella recompensa le llegó ya en sus últimos momentos en activo, pero no por ello lo siente menos suyo.
«Un campeonato es un campeonato. Anoté un gran tiro en el cuarto partido y jugué una buena defensa. Si hubiera estado sentado en el banco la historia sería distinta. Pero en ese equipo todos jugamos nuestro rol. Así que no me molesta haber ganado como jugador de rol”, sentencia.