Los Denver Nuggets lograron forzar el séptimo encuentro en una serie en la que parece parten con desventaja. No hay partido en el que no parezca que si los Thunder aprietan, el triunfo es suyo. De ahí que cada victoria cobre valor extra. Aunque la de anoche tuvo una pequeña mácula. Aaron Gordon, quizás el jugador más regular de estos playoffs para los Nuggets, acabó el encuentro echándose la mano a la zona posterior de la pierna de forma recurrente.
Todo hacía indicar que el ala-pívot estaba sufriendo un pequeño contratiempo muscular en la zona femoral. El famoso (y maldito) hamstring. A David Adelman, entrenador de Gordon, le preguntaron por dichas molestias y dijo que la preocupación del cuerpo técnico era alta. «Es el momento perfecto para tener dos días de descanso», afirmó el técnico.
Aaron Gordon, daño colateral del poco descanso
La serie se ha disputado con un día de descanso entre partido y partido, y esta será la primera vez que el tiempo entre encuentros exceda las 48 horas. Aunque es un poco trampa porque el domingo se juega a las 21:30 hora peninsular española. De hecho, Denver solo gozó de un día de descanso entre el Game 7 ante Clippers y el debut ante OKC.
El propio Gordon quitó hierro al asunto diciendo que estaba «bien» y que haría trabajos de recuperación intensivos. Jamal Murray también fue duda hasta el último momento por enfermedad, levantándose el día anterior con fiebre y fuertes síntomas gripales que finalmente no le impidieron jugar a gran nivel.
(Fotografía de portada de Isaiah J. Downing-Imagn Images)