Llegan las Finales de la NBA, que arrancan este jueves 30 de mayo, en Toronto, en una lucha entre los Raptors y los Warriors que además de ser una pelea inédita por el anillo será la primera vez que vea a Canadá como sede de la misma en toda la historia de la competición. El momento cumbre del curso ha llegado, el premio definitivo a meses de trabajo está aquí. Tras 82 largos partidos de Temporada Regular y apenas dos meses de playoffs, en dos semanas y media como máximo sabremos el campeón de la NBA 2018-19. Y solo puede haber uno, un único galardonado entre treinta planteles, entre dieciséis que pelean en la post temporada.
La NBA lleva dando vueltas desde hace tiempo a cambiar algo de todo esto. No las Finales de la NBA, el culmen de todo, sino parte del camino hacia ellas. Un trayecto donde haya posibilidad de ganar un título o de competir más allá de los playoffs. No es nueva la idea de Adam Silver de crear una Copa NBA que sea un torneo complementario, un segundo trofeo, al estilo de la Copa del Rey de baloncesto en España, en un formato de fin de semana donde tras el mismo una franquicia salga con un título que le acredite como campeona de algo. En el fútbol, es algo completamente común jugarse varios títulos por temporada. En la NBA, parece que el tedio que sume a veces a la competición durante la por momentos farragosa Regular Season da poca compensación. No tanto en cuanto a calidad, porque ganar el anillo es lo máximo, sí a cantidad. Hay que dar más opciones de triunfar.
En una conversación con Marc Stein, para The New York Times, el Comisionado Adam Silver, en el cargo desde abril de 2014 aborda estas cuestiones. El periodista apunta que el cambio no se hará de la noche a la mañana, pero que se hará. Además de la propuesta de un torneo de copa a mitad del curso, que vaya acompañado de un Concurso de Triples y de Mates y que sustituya en el calendario al cada vez más devaluado All-Star, Silver tiene en la cabeza más ideas. Porque hay escuadras que en enero se han quedado sin opciones reales de competir por nada. El Comisionado le da vueltas aquí a la opción de incluir un torneo a final de curso para crear una manera extra de acceder a los playoffs. No es algo tampoco novedoso, pero el hecho de que esta cuestión se asome cada cierto tiempo a los debates apunta a que no es nada descabellado y a que quizá ha sido el propio desarrollo de la NBA y su formato actual el que empuja a introducir nuevas vías de atención y motivación
Los 75 años de la NBA como buen momento
Ok, el cambio no será de la noche a la mañana, pero parece que no hay marcha atrás. Ser campeón de División o de Conferencia se antoja escaso. ¿Quién se acuerda de ello si luego el premio no va acompañado con el anillo? No parecen logros que dejen mucha huella. ¿Lo dejaría un torneo copero? En ciertos sectores del entorno de la NBA hay escepticismo sobre una Copa y el valor de la misma, porque el hecho de ser un torneo de nueva creación le podría quitar valor, tradición. Nada de eso aterra a Silver, que pone el ejemplo de la Premier League de Inglaterra, la competición de fútbol más vista del mundo y que apenas tiene 25 años de historia como tal. “Es mi trabajo ver cómo funcionan otras organizaciones deportivas. En el caso del fútbol europeo creo que hay cosas que podemos aprender de ello”, señala Adam Silver a The New York Times. “Los tradicionalistas dicen que a nadie le importará el nuevo trofeo porque no es una tradición. Pero nuestro trabajo como organización es crear tradiciones”.
Silver pone el foco directamente en la 2021-22, momento en el que la NBA cumplirá 75 años. Un aniversario que puede ser la fecha perfecta para cambiar algo. “Creo que este hito nos puede hacer pensar en algunos cambios potenciales”. Sea como sea, nada es eterno. Los tiempos varían. “Creo que el cambio es inevitable”.
(Fotografía de portada: Streeter Lecka/Getty Images)