Nick Nurse estaba ayer de descanso por voluntad propia. Al estilo de los jugadores, pero con otro objetivo, el head coach de Toronto Raptors cedió su lugar como jefe del banquillo canadiense a Adrian Griffin. Este no desaprovechó la oportunidad. Aunque con sufrimiento, y teniendo que remontar en los últimos minutos, consiguió su primer triunfo como entrenador jefe al ganar 125-121 a Philadelphia 76ers.
Costó bastante sellar el triunfo. Pese a que Joel Embiid jugó únicamente 14 minutos, los Raptors se vieron 10 puntos abajo mediado el último cuarto, y aún a seis a dos minutos del final. El acierto de los menos habituales, con dos canastas decisivas de Stanley Johnson en los últimos instantes, terminaron por certificar el 6-1 de la organización de Canadá en la burbuja de Orlando.
«Mañana volveremos a la realidad, pero fue una sensación increíble. Creo que nuestro entrenador es un ser humano increíble. Entiende que un entrenador como yo necesita oportunidades así para aprender. Como entrenador jefe, conoce mis ambiciones y quiere verme crecer tanto dentro como fuera de la cancha. Definitivamente fue un gesto increíble del entrenador», explicaba Griffin al terminar el choque.
La satisfacción del equipo no se quedó ahí, ya que los propios jugadores se mostraron felices por haber hecho debutar a Griffin con un triunfo. «Estábamos muy emocionados por él. Queríamos salir y jugar duro para ayudarlo a conseguir una victoria como entrenador jefe. Creo que lo hicimos así durante todo el partido». Un día fantástico para Griffin en el que sin embargo se quedó sin recuerdo, ya que Kyle Lowry admite que a los jugadores se les olvidó darle el balón del partido. Una anécdota en una noche inolvidable para el asistente de los Raptors.
(Fotografía de Ashley Landis-Pool/Getty Images)