Tras una decepcionante última temporada en los Celtics, Al Horford comienza este año una nueva etapa de su carrera en los Philadelphia 76ers. Su salida de Boston tomó por sorpresa a muchos, que daban por hecha la marcha de Kyrie Irving pero no la del dominicano, quien ha dejado caer que la presencia del base pudo haber sido uno de los motivos de su deseo de cambio de aires.
«Si Irving se hubiese quedado no estoy seguro de que la cosa fuese a funcionar» afirmó en una entrevista para Steve Bulpett, periodista del Boston Herald. «Habrían sido necesarios muchos cambios en la plantilla, porque quedó claro que el grupo del año pasado no podía coexistir». De hecho, reconoció que si hubiese sabido que Kemba Walker iba a unirse a los de Massachusetts la situación «habría sido completamente diferente».
Esta última afirmación, no obstante, merece ser puesta en cuarentena, ya que tanto Kemba como Horford tenían decididos sus nuevos destinos desde antes del inicio de la agencia libre. Es más, la marcha de Kyrie era un secreto a voces al que difícilmente el pívot fuese ajeno.
«Teníamos mucho talento, muchísimo, y todos soñábamos con hacer grandes cosas» continuó. «Pero creo que éramos demasiados. Había tantos grandes jugadores que era sencillamente imposible tener contento y centrado a todo el mundo. Realmente creo que ese fue nuestro gran obstáculo».
Esta es una hipótesis que defienden muchos para explicar el fracaso de un equipo que aspiraba tan claramente a reinar en la Conferencia Este, idea especialmente sustentada en lo que ocurrió un año antes. En 2018, sin Irving ni Hayward y con una plantilla menos experimentada, los Celtics llevaron al séptimo partido a los Cavaliers de LeBron, mientras que el pasado curso fueron aplastados por los Bucks en segunda ronda, poniendo punto y final a un año con más picos bajos que altos.
(Fotografía de portada: Elsa/Getty Images)