Al Horford ha superado un muro que parecía infranqueable. Tras 15 años en la NBA y habiendo disputado hasta 141 partidos de playoffs, por fin ha conseguido llegar a donde quería, a las Finales. El pívot de los Celtics era hasta el séptimo partido ante Miami el jugador que más encuentros había disputado en la postemporada sin alcanzar la batalla final por el anillo; ahora pasa tal honor a Paul Millsap, quien fuese su compañero en Atlanta, con 120 partidos. Ante tan larga espera, no extraña que el center dominicano esté exultante.
«He sido parte de muchos grandes equipos, he tenido muchos grandes compañeros de equipo y estoy muy orgulloso de este grupo. Simplemente es especial. El hecho de estar con ellos, poder ayudarlos, conseguir esto y ser parte de esto. Estoy muy agradecido de estar en esta posición», comenta.
Lo cierto es que el camino hasta llegar aquí no ha sido sencillo, sobre todo en lo que respecta a las últimas temporadas. Vivió grandes años con los Hawks y repitió buena experiencia en Boston, pero sus pasos por Philadelphia y Oklahoma City fueron tortuosos. Algunos pensaron que su carrera se extinguía y que el mejor Horford no volvería. Se equivocaron. Ha sido pieza esencial de unos Celtics que vuelven a las Finales tras 12 largos años y, de paso, se convierte en el primer jugador en representar a la República Dominicana en la eliminatoria definitiva para ser campeón.
«Estamos aquí en Miami, muy cerca de República Dominicana. Sé que mi familia está feliz. Todos están felices, todos estaban viéndolo. El país estaba mirando, sé que todos estaban allí. Me han estado enviando fotos. Todos estamos disfrutando esto», explica.
(Fotografía de Andy Lyons/Getty Images)