LaMarcus Aldridge y Damian Lillard solo pasaron tres temporadas juntos en Portland. Fue poco tiempo, pero sirvió para entender que podían acabar convirtiendo a los Trail Blazers en uno los mejores conjuntos del Oeste, y quién sabe, incluso competir con Golden State Warriors.
No fue así. Sin sentir ese cariño que si tuvieron otros en Oregon como Brandon Roy, Damian Lillard y hasta Greg Oden, este chico formado en la universidad de Texas optó por iniciar un nuevo camino en San Antonio con los Spurs. Aldridge no se arrepiente, pero sí cree que con algo más de diálogo la historia podría haber sido distinta.
«Siempre fue difícil para mí encontrar el equilibrio para decirle a Damian que no hiciera algo o que mejor hiciese esto otro. No quería que creyese que intentaba impedirle ser quien quería ser. Lamento no haber hablado más con él, pero creo que él también intentaba encontrarse a sí mismo. Creo que aprendimos más el uno del otro desde que me fui. Aprendí de eso y ahora intento se mejor y no preocuparme de cómo soy cuando estoy con tal persona… Siento que si nos hubiésemos comunicado tanto como ahora, las cosas hubieran sido totalmente diferentes», explica a Michael Pena de VICE Sports.
¿Hay culpables?
Muchas parejas de estrellas se separan en la NBA. Kobe Bryant no podía seguir jugando con Shaquille O’Neal y hace mucho menos Kevin Durant dejó a Russell Westbrook. Claro está que esos no fueron casos similares, pero justo por ello indica que buscar un único detonante es un error. Lillard y Aldridge tomaron rumbos diferentes, pero ambos han sabido crecer en la distancia. Eso sí, verles enfrentarse en playoffs no estaría nada mal.