Algunos jugadores quieren la descertificación

Cuando parecía que se acercaba la calma en torno al lockout con el anuncio de una nueva reunión entre propietarios y jugadores para el sábado, ha salido a la luz que una parte de los jugadores, unos 50 miembros, no se muestran a favor de su sindicato y pretenden conseguir una descertificación.

Estos jugadores no son precisamente desconocidos o poco importantes en la NBA, ya que se habla de que la principal voz en esta postura es Paul Pierce. Pero además, algunos de los jugadores que apoyan esta medida son Dwyane Wade, Dwight Howard o Ray Allen. El movimiento es interpretado como una manera de presionar al sindicato para que lleguen de una vez por todas a un acuerdo con los propietarios y vuelva el baloncesto.

Por el momento, el director ejecutivo de la unión, Billy Hunter, ya avisó que no piensa en que esto sea posible y lo ve como el último recurso. Sin embargo, las leyes establecen que si un 30% de los miembros (130 jugadores) firman un documento con la petición de disolución se podría llevar a la National Labor Relations Board. Una vez allí, tendrían 45 días para decidir si se lleva a votación con mayoría para ratificar la petición. Es en este periodo cuando los jugadores impulsores de la medida, creen que el sindicato llegaría a un acuerdo con la liga presionados por la cercanía de su posible desaparición. Así lo han creido siempre los llamados «Siete Grandes» agentes que llevan tiempo presionando para la descertificación.

Ayer los jugadores tuvieron una reunión para preparar el encuentro de mañana con los propietarios y los líderes de los jugadores, Hunter y el presidente de la unión, Derek Fisher, se mostraron unidos. Además, el vicepresidente primero y jugador de Milwaukee BucksKeyon Dooling, se encuentra en la misma línea de unidad:  «La batalla no está dentro de nuestro sindicato. Derek Fisher es el mejor presidente que nuestro sindicato ha visto. Vamos a permanecer como miembros del comité. Yo soy el vicepresidente primero y voy a permancer tras él».

Esta semana en Manhattan se llevó a cabo la audiencia ante el juez de la demanda que presentó la liga por la descertificación, al considerar que violaba las tácticas antimonopolio. El sindicato manifestó su voluntad de que la querella se desestime y el juez pidió que se presenten más detalles sobre el caso por escrito para tomar más adelante una decisión. Este problema nace de la frágil diferencia y posible enfrentamiento entre las leyes laborales y las leyes antimonopolio. Para estos conflictos, existe una excepción que protege los acuerdos de negociación colectiva de los ataques bajo la ley antimonopolio. Por lo tanto aquí viene el problema, ya que esta relación de negocio tiene vigencia si existe el sindicato. Si se disuelve, no existirá tal relación y la liga ya no estará a salvo con las leyes antimonopolio. Gran parte de la estructura económica de la NBA podría ser acusada de monopolio, por ser una forma de fijación de precios. Los jugadores podrían demandar a la liga y pedir a un tribunal que termine el bloqueo. El caso podría tardar años en resolverse.

En cualquier caso, si se sigue adelante con la petición de descertificación, las votaciones definitivas se llevarían a cabo una vez acabara este año. Así las cosas, no parece que esta medida sea la solución inmediata al lockout y sí una forma de presionar tanto a la liga y a los propietarios, como al sindicato, para recordarle que debe mantenerse firme en las posturas marcadas hasta ahora (como el reparto de los ingresos) y tratar de conseguir un acuerdo. Con todo este ambiente tan tenso, mañana se reanudan las negociaciones. Esperemos que la situación mejore y dejemos de hablar de estos temas para hablar simplemente de baloncesto.

Fuente | ESPN


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