A nadie le gusta dejar un equipo con el que has jugado dos veces las Finales, te has puesto un anillo y ves opciones de que caían varios más. Por ello, Andrew Bogut vivió su adiós a los Warriors como un momento duro en el que debía –de forma obligada– renunciar a lo que tantos jugadores persiguen durante su carrera sin conseguirlo jamás.
«Ni hay duda de que fue decepcionante salir de uno de los mejores equipos de los dos últimos años. Era una oportunidad única en la vida. Fue un momento amargo. No estoy enfadado con nadie porque entendía lo que querían hacer, no soy estúpido. Es decepcionante dejarlo cuando estas con unos chicos que luchan por el título. Fue genial ser parte de ese equipo», expresa a USA Today.
Cuestionado por el cambio defensivo que ha supuesto su marcha, el pívot australiano entiende que los de Oakland aún deben ajustar sus nuevas piezas. «No vi muchos partidos. De hecho vi dos mitades, una contra San Antonio y otra con los Lakers. Tras mi salida es complicado. Obviamente están en un periodo de ajustes. Con Draymond hubo una conexión real en defensa. Siempre nos estábamos cubriendo las espaldas. Sabíamos cómo jugar. No hacía falta ni hablar, sólo jugar».
La fragilidad de Golden State
Haciendo memoria, Bogut recuerda como la pasada temporada los Thunder fueron capaces de ponerles contra las cuerdas jugando con dos pívots. «Creo que OKC sacó a la luz las debilidades del equipo cuando jugamos con un quinteto pequeño y ellos, justo al contrario, con dos grandes. La temporada será larga y seguro que acabarán encontrando su ritmo. Espero que no sea ante nosotros», finaliza en relación al partido que esta noche le enfrenta a sus excompañeros.
