El cuento de nunca acabar para Anthony Bennett, número 1 del Draft del 2013. Como un patito poco agraciado, va pululando de aquí a allá sin recibir demasiado crédito por donde pasa. Este jueves ha roto su vinculación con el Fenerbahçe turco, de mutuo acuerdo entre ambas partes, y por tanto pone punto y final a su aventura en el campeón de la Euroliga, tal como comunicó el propio club esta tarde.
A pesar de salir campeón en el cuadro más puntero de la Final Four disputada en Estambul o de sacar algo de pecho con el título en sus brazos, las cosas siguen sin funcionar demasiado para Bennett. Abandona Turquía con números demasiado desapercibidos —1,2 puntos, 0,9 rebotes y 0,3 robos en la máxima competición europea, en la que disputó 6 minutos por choque—. Sus raquíticos promedios y el corte de su club antes de tiempo de la Super Liga turca, hacen su experiencia muy, muy discreta. Bennett llegó al Fenerbahçe en enero pero no ha logrado convencer a los técnicos del conjunto turco.
Futuro en FIBA Américas
En la Final Four en la que su equipo se proclamó campeón, Bennett disputó poco más de un minuto. Fue en la final ante Olympiacos, con el partido ya decantado por completo, y se fue sin anotar o al menos capturar algún rebote.
El futuro para el exjugador de Cavs, Raptors o Nets pasa por disputar este verano el Torneo FIBA Américas con Canadá y, con la elástica nacional, intentar convencer a alguna franquicia NBA de que tiene madera para un contrato no garantizado. A partir de ahí, tendrá que tratar de demostrar que haber caído en la primera ronda del Draft, en lo más alto de aquella añada, le vale al menos para tener un hueco residual en la mejor liga de baloncesto del mundo.