Hasta bien entrada la temporada, cuando las cosas eran ya insostenibles, en los Lakers se repetía el mantra del potencial gran equipo que podían ser. De dibujar tantos castillos en el aire se olvidaron de poner un solo ladrillo en tierra. Por ello es de cajón que este año traten de afrontar el curso desde un prisma totalmente diferente. El más enfático en esta idea ha sido Anthony Davis que aseguraba que los Lakers afrontan esta temporada como «Cenicientas«.
«Nos estamos tomando esta temporada como una responsabilidad sobre nuestras espaldas. […] Nadie habla de nosotros [como aspirantes] y está bien. Nos gusta ir bajo el radar» cerraba el ala-pívot. No obstante, Davis no solo tiene que responder preguntas sobre el colectivo, también debe enfrentar cuestiones que le atañen como individuo. La Ceja viene de una de sus peores temporadas desde que es profesional, en la que solo disputó 40 encuentros donde dejó sensaciones más que tibias.
De cara a esta nueva campaña, Davis admite tener que ser más agresivo. «Le empecé a dar demasiadas vueltas a las cosas el curso pasado. Creo que no mucha gente se percató y solo piensan en que debería ser mucho mejor de lo que fui». El primer problema a resolver debería de ser su continuidad física. Ya que encadena dos cursos perdiéndose más partidos de los que ha disputado por unas razones u otras.
(Fotografía de portada de Christian Petersen/Getty Images)