Sin Rudy Gobert ni Karl-Anthony Towns delante, Anthony Davis tuvo vía libre para dominar la pintura ante Minnesota. Y el pívot lo aprovechó con una de las actuaciones más dominantes jamás firmadas para dar a los suyos el triunfo por 120-109.
Nadie en la NBA había logrado terminar con partido al menos 25 puntos, 25 rebotes y 5 robos, pero con 27, 25 y 7 respectivamente Le Ceja logró escribir su nombre en la historia de la liga. Lejos de las noches en las que busca abrir la pista con su tiro de larga y media distancia, sus 17 lanzamientos a canasta de esta madrugada llegaron en la pintura, en la que se hizo gigante tanto para anotar como para forzar faltas o regalar segundas opciones con sus 10 rebotes ofensivos.
Por si fuera poco, redondeó su actuación con 5 asistencias y 3 tapones, generando para sus compañeros y cerrando el aro a unos Timberwolves a los que fue sometiendo más y más con el paso de los minutos.
También fue fundamental LeBron James, que terminó de hecho como máximo anotador del encuentro con 29 tantos y que incluso coqueteó con el triple-doble al sumar 9 asistencias y 8 rebotes. Ambos fueron de hecho los grandes protagonistas, Davis como ejecutor y LeBron como asistente, del parcial de 21-4 de salida en el último cuarto, momento en que los de Darvin Ham se pusieron 16 arriba y dejaron el triunfo encarrilado. Austin Reaves, autor de 19 tantos, ayudó también en este aspecto, cerrando una de sus mejores actuaciones de las últimas semanas.
Los Timberwolves, por su parte, trataron de compensar las ausencias acudiendo a Anthony Edwards, quien esta vez no pudo ejercer de salvador. El escolta terminó con 25 puntos, pero estuvo lejos de sus noches más dominantes, en parte debido a su desacierto en el triple desde donde firmó un 2/9. Naz Reid, aprovechando la titularidad, alcanzó también los 25, pero sufrió ante Davis especialmente en el rebote y no logró evitar que los suyos fueran sepultados en la pintura.
(Fotografía de portada: Sean M. Haffey/Getty Images)