Cuando todo va sobre ruedas, siempre hay miedo a cualquier imprevisto que pueda hacer que se tuerza el plan. Pues bien, anoche hubo pocos que no tuvieron que contener la respiración cuando vieron a Anthony Edwards retorciéndose de dolor sobre el parqué tras una fea caída.
El golpe, el cual le produjo una contusión en el lado derecho de la cadera, tuvo lugar en el tercer cuarto del partido que disputaban en casa los Minnesota Timberwolves contra Oklahoma City Thunder. El All-Star de los Wolves intentó hacer un mate sobre Kenrich Williams para terminar cayendo de bruces sobre el parqué. El porrazo fue tal que rápidamente hizo una mueca de dolor para ser incapaz de levantarse durante más de un minuto. He aquí la acción.
Una vez que Edwards pudo reincorporarse, fue ayudado por su compañeros a llegar al banquillo para, después de un tiempo muerto, lanzar dos tiros libres y permanecer algunas posesiones más en cancha; sin embargo, su movilidad era reducida y terminó siendo sustituido para no volver.
Concluido el partido, el entrenador de los de Minneapolis, Chris Finch, señaló que no tenía más detalles sobre la lesión de su estrella o si podría estar algunos partidos alejado de las canchas. Recordemos que Minnesota recibe a Utah el jueves y juega en Charlotte el sábado.
Para tranquilidad de los aficionados de los Timberwolves, y a falta de que las pertinentes pruebas lo confirmen, parece que todo quedará en un susto; tanto es así que tras ser tratado en el vestuario, Edwards se reincorporó al banquillo sonriendo y bromeando con sus compañeros en un partido que se terminaron llevando por 106-103 para consolidar su primera posición en la Conferencia Oeste.
(Fotografía de David Berding/Getty Images)