Perder tres partidos consecutivos ha sido un duro golpe para Minnesota, pero no por ello piensan bajar los brazos. Los Timberwolves tienen claro que están realizando una fantástica temporada y que además ya saben lo que es ganar a Denver –van 3-2 abajo en la serie–. Con tales datos, no extraña que únicamente tengan la mente puesta es forzar el séptimo partido para volver a Colorado.
Esa es la conclusión que se saca tanto de las palabras de Anthony Edwards como de su entrenador, Chris Finch. La estrella de los Wolves se encontró tras la derrota con un empleado encargado de vestuarios en la cancha de los Nuggets. Ya tuvo un diálogo con él cuando iban 2-0 arriba y ayer directamente avisó: «Nos vemos en el Game 7».
Edwards está disfrutando. Aunque es obvio que preferiría estar ganando partidos, el hecho de verse luchando contra el mejor en playoffs supone un enorme aliciente para él. «Estoy súper emocionado. Se trata de competir. Ahora toca volver a casa y jugar con la espalda contra la pared. Debería ser divertido».
La declaración de intenciones de los de Minneapolis es clara. Aunque saben que el rival ha despertado de la mano de un inmenso Nikola Jokic, en caso alguno renuncian a apurar todas sus opciones en lo que resta de serie con la máxima confianza.
«Todo se reduce al Game en casa, y esa es justo la situación en la que queremos estar. Queda mucho en juego, mucha serie y tenemos que forzar que llegue a un Game. Ahora lo importante es reagruparnos, hacer que los muchachos se concentren en lo que tenemos que hacer y en lo que ya han hecho bien. Así toda la temporada. Estaremos listos», señala el heach coach de los Wolves.
(Fotografía de Matthew Stockman/Getty Images)