Ardiente inicio de las semifinales del Oeste y 1-0 para los Warriors

Nada decepcionó en el duelo que abría las semifinales del Oeste. Los Warriors se apuntaron el primer punto sobre los Rockets (104-100), en una tarde de domingo en California que tuvo todos los ingredientes necesarios de un choque de playoffs, de un choque de playoffs con dos escuadras que se tienen ganas. Se demostró.

Nunca estuvo decidido nada hasta el final, si bien los Warriors, y ligeramente, tuvieron la batuta del partido en el plano general. Pequeños detalles, Kevin Durant y la capacidad de Golden State de hacer daño cuando debía, decantaron la balanza a favor de los locales. Queda muchísimo por cortar, pero la contienda arrancó con polémica arbitral, quejas de Houston por lo que consideraron un arbitraje injusto y mucho fragor sobre el parqué.

Durant, Kevin Durant

Se salió del mapa contra los Clippers en el duelo decisivo de la primera ronda y menos de 48 horas después estaba listo para ajusticiar a los Rockets. Kevin Durant firmó 35 puntos, tendencia mayúscula la suya y playoffs inmensos. Hizo canastas cuando tocaba, algunas muy bien defendido, y se convirtió en el azote de los texanos, que tienen el problema de medirse a un jugador desatado, en plena forma, inteligente, conocedor de que este es el momento. Preguntado Steve Kerr sobre si había visto algo igual que las prestaciones de Durant en los últimos partidos de las eliminatorias por el campeonato, contestó: “Hay un tipo, Michael algo… No puedo recordar su apellido.” Sí, Kerr lo está comparando con Michael Jordan.

Decíamos que el partido estuvo muy apretado, aunque a ráfagas gozaba de la delantera local, por momentos volvía a escena Houston. KD cerró el primer cuarto con un triple para poner el 28-19, 9 puntos de ventaja, la máxima de todo el día. Al descanso, los Rockets habían conseguido igualar el asunto (53-53) después de un buen 24-35 en el segundo cuarto. Habían sucedido muchas cosas ya hasta el descanso, el ambiente se caldeaba , Draymond Green recibía una técnica en la recta final de ese segundo cuarto… Los árbitros, a escena.

Algo que no varió a la vuelta del reposo y que incluso se magnificó. Un 30-23 en el tercer cuarto volvió a alejar levemente a los Warriors, 83-76. En este tercer periodo los nervios y las miradas al arbitraje afloraban: técnica a Chris Paul, quien pidió falta tras anotar un triple, y de paso para Mike D’Antoni, por su ardor para protestar en la banda. Quedaban más.

Harden, ¿cansado?

El último asalto tuvo todo lo que debe tener un choque así. Parecía por momentos como si por la intensidad y ciertos nervios el partido fueran una de unas Finales de la NBA, o del Oeste, y no de unas semifinales. Los playoffs no perdonan. Mientras que Durant seguía pulverizando con pequeñas punzadas, y canastas preciosas, a Houston, James Harden y en general los Rockets daban muestras de estar cansados para el tramo decisivo. Con todo, Golden State no terminó de despegar a su enemigo y eso le hizo pasar por sufrimientos.

A menos de un minuto para la conclusión, un Harden que terminó con 35 puntos, firmaba un 2+1 cargado de esfuerzo para poner el 100-98. Contestaron los Warriors, no en la figura de Durant, sí en la de Stephen Curry (18 puntos y molestias en el tobillo incluidas). Un triple sobre Nené Hilario parecía sentenciar el enfrentamiento (103-98). Curry, además de estar renqueante en lo físico, tuvo que trabajar con el hecho de estar muchos minutos con cinco faltas. «Hice contacto visual con Sonya (Curry) y le dije. «Dile que no haga más faltas», señaló Kerr sobre el asunto a la conclusión del duelo. «Si su madre

La última vida de los Rockets, donde Eric Gordon también sostuvo a los visitantes con 27 unidades, pasó por Harden y Paul. La Barba anotó rápido para el 103-100. Luego, en defensa, robo de Paul y ocasión para que Harden empatara la velada. Lo tuvo. Y la polémica se asomó de nuevo. El de Compton buscó un triple frontal, ante la defensa de Green. Fue un tiro malo, con quejas de que pudo haber falta. No lo creyeron así los colegiados. El rebote estuvo casi en la mano de Houston, pero todo fue demasiado desarbolado. Perdieron la pelota. Y la cabeza. Pues Paul se fue a por uno de los colegiados, en una protesta airada donde casi hubo contacto físico al explicarle CP3 al árbitro, con gestos, que se habían echado encima de Harden.

La técnica puso final a todo, aunque ya había acabado realmente con el error de Harden y la pelota extraviada el triunfo era de Golden State. La Barba abandonó la pista aplaudiendo, un gesto que si atendemos a sus declaraciones posteriores, parece que iba encaminado al trío arbitral.

El martes, más, también en Oakland, para luego trasladarse la serie a Houston a partir del sábado. Este espectáculo acaba de empezar.

(Fotografía de portada: Thearon W. Henderson/Getty Images)


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