Por tercer año consecutivo, los Chicago Bulls no realizaron ningún movimiento en el cierre de mercado. A pesar de los numerosos rumores comerciales que rodearon a la plantilla y el descontento de los aficionados por el rumbo del proyecto, en las oficinas principales se mantuvieron firmes y no movieron a ninguno de sus jugadores.
Los Bulls comenzaron el curso con un récord de 5-14 que los parecía dirigir a la lotería del draft. Sin embargo, en los últimos dos meses han protagonizado una ligera recuperación que les permite asentarse en puestos de ‘play-in’ con un balance de 25-27.
Esta mejoría convenció al jefe de operaciones de los Bulls, Arturas Karnisovas, de mantener la actual estructura del ‘roster‘ a pesar de que la propia cúpula propietario de Chicago le había dado luz verde para poner en marcha una profunda reconstrucción si lo creía conveniente.
«La última vez que hablé con algunos de vosotros [tras el 5-14] no estaba muy contento», declaró Karnisovas antes los medios de comunicación tras finalizar el ‘trade deadline’. «Estoy mucho más feliz ahora. Me gustaría sonreír más, pero, repito, este equipo se ha mostrado muy competitivo en todos los partidos y tenemos aspiraciones de competir por los playoffs. Es una conferencia bastante igualada y cada equipo está tratando de obtener una ventaja. Así que estoy deseando ver a estos jugadores competir los últimos 30 partidos».
No sabemos cuáles son los planes de Karnisovas para el futuro pero, por ahora, ha dejado pasar la oportunidad de remodelar la plantilla y ha abierto la puerta a la salida de DeMar DeRozan, quien es ‘expiring’, sin recibir nada a cambio. Y veremos si, finalmente, los Bulls son capaces de asegurar una plaza en la postemporada.
(Fotografía de portada de Michael Reaves/Getty Images)