Asalto con épica y polémica de OKC en San Antonio

La serie entre San Antonio y Oklahoma City dio un giro inesperado. Tras la exhibición unilateral de baloncesto de los Spurs del primer partido, la gran duda era ver cómo iban a reaccionar los Thunder tras la mala imagen ofrecida dos días antes. La respuesta no decepcionó desde el primer minuto y el resultado acabó siendo totalmente diferente: resuelto por la mínima (97-98) y a favor de Oklahoma City.

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Hubo rabia, hubo intensidad y hubo una defensa mucho más sensata en los hombres de Billy Donovan para abrir el segundo partido. Russell Westbrook y Kevin Durant volvieron de nuevo a su nivel de temporada regular, los Spurs fallaban los tiros que tan fácilmente entraron en el Game 1, y un inesperado 4-17 aparecía en el marcador a favor de Oklahoma City. Kawhi Leonard quedaba sorprendentemente anulado por la defensa de Andre Roberson, y solo LaMarcus Aldridge salvaba la cara al equipo tejano.

Las dos caras de Oklahoma City

Pero a medida que las rotaciones iban entrando en juego, San Antonio fue remontando. La absoluta dependencia de Oklahoma City en sus dos estrellas se notaba de forma especial cuando uno de ellos tenía que descansar. San Antonio regresaba hasta ponerse incluso por delante en el segundo cuarto. A partir de ahí, no hubo más escapadas. Spurs y Thunder dieron la competida batalla de estilos que el aficionado esperaba hasta un final extraño y caótico. Eso sí, ambos acabaron recurriendo a las individualidades. Oklahoma City con Westbrook y Durant (57 puntos, 14 rebotes y 14 asistencias entre ambos) y los Spurs a un recurso casi infalible en esta serie.

Apoteósico Aldridge

Es posible que, en este momento, no haya un jugador en mejor forma en estos Playoffs que LaMarcus Aldridge. El ala-pívot era el único recurso ofensivo que funcionaba con fiabilidad en San Antonio, y su equipo lo explotó sin pudor. Aldridge anotó 41 puntos con un 15/21 en tiros de campo, volvió a anotar un triple (previo pase sin mirar magistral de Tony Parker) que casi acabó con la salud de Oklahoma City en el último minuto, forzó una falta desde fuera del arco a 13,5 segundos del final y evitó que OKC sentenciara antes de tiempo.

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Lo que pasó en la última jugada fue puro nervio y polémica. Oklahoma City sacaba desde la banda con un punto de ventaja tras el triple de Aldridge. Dion Waiters era el responsable de poner el balón en juego ante la presión de Manu Ginóbili. El alero argentino no sintió la necesidad de crear una distancia ante Waiters, y éste reaccionó con un empujón. Todo ante la inacción de los árbitros. Waiters lanzó un terrible pase que acabó en las manos de San Antonio, pero los Spurs no fueron capaces de anotar. Un mal triple desde la esquina de Patty Mills acabó en una tangana dentro de la pintura por el balón donde pasó de todo menos una canasta y un silbato. El tiempo expiró y solo hubo un equipo sonriente. Los Thunder empataban la serie dejando un regusto terriblemente amargo en San Antonio. Su lección de baloncesto del primer partido quedó sepultada por la reacción de los Thunder y un final que dará que hablar durante varios días. Concretamente, hasta el tercer partido en Oklahoma City.


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