Con LeBron James ausente, Los Angeles Lakers habían fiado prácticamente toda su creación ofensiva a Luka Doncic. De modo que cuando se anunció que el esloveno sería baja para la visita de los de Redick a Sacramento, fue inevitable preguntarse cómo iban a poder sobrevivir. Sencillo: corriendo el escalafón. ¿Que Austin Reaves es normalmente la tercera espada? Pues hoy le damos el sombrero de capitán. Y su respuesta no pudo ser mejor.
El escolta no firmó un partido decente, ni bueno, ni siquiera sobresaliente. Reaves protagonizó la noche de su vida y guio a los Lakers a un triunfo por 120-127 que no explica sin su explosión como anotador, generador y líder. Sin sus 51 puntos, 11 rebotes y 9 asistencias. Sin su carácter para creer que asaltar el Golden 1 Center era posible.
Austin Reaves went OFF tonight 🤯
— NBA (@NBA) October 27, 2025
51 POINTS (career-high)
11 REBOUNDS
9 ASSISTS
6 TRIPLES
W
He is the FIFTH @Lakers player this century to score 50+ POINTS in a game ‼️ pic.twitter.com/XvER3NqImq
Tras una buena salida a nivel colectivo, fue en el segundo cuarto cuando Austin empezó a asumir cada vez más peso en todo lo que ocurría en el ataque angelino. Y lo hizo de todas las formas y maneras. Primero con una gran agresividad para buscar anotar cerca del aro o forzar faltas que lo llevaran al tiro libre, más adelante castigando desde el perímetro para sumar de tres en tres. Siempre decidido y eficiente. Siempre imparable para los Kings.
«Sobre todo en una noche en la que no están Luka, LeBron y Hayes, tienes que salir y hacer grande por el equipo» afirmó el escolta. «Yo no estaba pensando en anotar 50 puntos, estaba pensando en hacer todo lo que pudiese para ganar».
Austin recibió algo de ayuda de parte de Deandre Ayton y Rui Hachimura, que también respondieron ante la complicada situación con 22 y 18 tantos, pero no fueron realmente sino figurantes en su monólogo. Aunque ya ha demostrado en muchas otras ocasiones estar capacitado para grandes cosas, lo de esta madrugada fue un nuevo paso en su carrera. Uno que, de encontrar continuidad, hace de estos Lakers un equipo todavía más peligroso.
(Fotografía de portada: Ed Szczepanski-Imagn Images)
