Lleva solo seis partidos en la NBA, pero Lonzo Ball no ha llegado a los Lakers para esconderse. Siendo uno de los principales referentes de un equipo que quiere recuperar el brillo que les ha acompañado durante casi toda su historia, este chico de 20 años recién cumplidos no teme poner sobre sus hombros la responsabilidad de tan legendaria franquicia; es más, pierden y se inculpa.
No es lo habitual, al menos cuando hablamos de un novato. Cualquier jugador que llegue a la liga, por muy bueno que sea, cometerá muchos errores al dar sus primeros pasos. Y nadie le culpará. Se trata de ir haciéndose jugador NBA, y ese recorrido obliga a recibir varios golpes por el camino. Así, no es de extrañar ver al mayor de los Ball fallando en ocasiones; lo que resulta algo menos previsible es que ya tenga la mente puesta en evitarlos.
«Apunta esta derrota a mi cuenta. Nosotros estábamos remontando. Cometí par de errores tontos y se marcharon de nuevo», explica a ESPN en relación a la derrota sufrida ante Utah por 96-81.
Querer jugar lo mejor posible y ganar partidos es un sentimiento que todos comparten, pero en el caso de Ball, y aunque sea de admirar que desee ser ya el líder tanto para buenos como malos momentos, suena innecesario cargarse tan pronto con una responsabilidad así.
Inicio errático
10 puntos, 7,7 asistencias y 7,5 rebotes. Con esos datos está fuera de toda duda la aportación de Ball en todos los aspectos del juego; sin embargo, sus primeras noches NBA han estado salpicadas por una sombra: el tiro. Aunque sabíamos que su fuerte no es el lanzamiento a canasta, por el momento solo en uno de los seis partidos que lleva ha pasado de los 10 puntos (fueron 29), y sus porcentajes (31% en tiros de campo, 28,8% en triples y 55,6% en titos libres) dejan bastante que desear. Eso sí, es indudable que cuando afine la puntería puede ser uno de los mejores bases de la liga.