Un minuto para el final de la prórroga. El bronco cuarto partido de la serie entre Miami y Toronto buscaba un ganador, y Dwyane Wade, en plena racha, buscaba sentenciar con otra entrada a canasta marca de la casa. Tras superar por velocidad a Cory Joseph y Patrick Patterson, el escolta dejaba una elegante bandeja alta que rebotaba en el aro. Parecía que acabaría cayendo dentro de la red, como tantas otras jugadas similares de Wade en su carrera. Pero, por primera vez, el balón no bajó. Ni dentro, ni fuera del aro.
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La surrealista jugada, justo en un momento clave del encuentro, fue una perfecta metáfora del partido y, por extensión, de la eliminatoria. Miami y Toronto han ofrecido cuatro duelos con escasos momentos de genialidad y a veces hipnótico en su caos. Ver un balón quedarse parado en el enchanche entre el aro y el tablero como si reivindicara su derecho a no ser partícipe de este espectáculo fue hasta comprensible.