Harrison Barnes ha sido muy clarito. En una entrevista para ESPN, el ahora alero de los Mavericks ha dicho que él seguiría siendo un miembro de los Warriors si hubieran ganado las pasadas Finales ante los Cavaliers. Sin medias tintas.
“Había muchas emociones tras ese séptimo partido”, dijo el jugador. “Pienso que hubo un montón de gente cabreada, frustrada. Perdimos una ventaja de 3-1. Creo que sabíamos que todo saltaría por los aires si perdíamos la serie, lo cual hicimos. Así que no puedo decir que esté sorprendido de que no me renovaran”.
Quedarse con Barnes suponía un enorme desembolso para la franquicia de Golden State, firmándole por el máximo salarial. A la hora de echar cuentas, marcaron prioridades y le dejaron marchar para poder acometer la operación de Kevin Durant.
Decisión dolorosa para Barnes
“Fue un tema difícil. El hecho de mirar hacia atrás y ver ese séptimo partido es como [que surgían dos opciones],’ te quedaste a dos minutos de poder quedarte’ o ‘gracias por tus servicios’. Fue un gran cambio”, puntualizó Barnes.
“Al final del día pones las cosas a un lado. Yo tomé la decisión de irme a Dallas. Realmente no me paro a pensar más en estas cosas y continúo hacia delante”, añadió.
Dallas, tierra de oportunidades
Barnes está convencido de que tomó la mejor decisión para él. En los Mavericks es un primera espada cargado de minutos y responsabilidad, justamente lo que estaba buscando en Warriors y no pudo encontrar firmando un nuevo contrato.
“Hay más oportunidades para mí aquí”, dijo. “La ofensiva es diferente. Obviamente, no me quejo de mi rol en Golden State, porque ganamos un montón de partidos haciendo eso. Pero viéndolo de otra manera, hay más oportunidades de hacer cosas diferentes aquí”.