Tras un año completamente en blanco y mayormente alejado de la disciplina del equipo, Ben Simmons poco más que ha tenido que reaprender a jugar al baloncesto. Por si fuese poco, en este primer mes de curso el australiano ha lidiado con problemas físicos que le han negado una regularidad más que necesaria. Sin embargo, Simmons encadena dos partidos por encima de los diez puntos por primera vez en la temporada, y las sensaciones como pívot reserva especialmente ante los Blazers son positivas. Él mismo lo reconoce. «Estoy volviendo a ser quien era. Ha tomado su tiempo, pero siento que estoy llegando. Mis compañeros y entrenadores me han cuidado las espaldas» declaraba en rueda de prensa.
El ex de los Sixers acabó la noche con 15 puntos, 13 rebotes y 7 asistencias sintiéndose cómodo en todo momento en ambos lados de la cancha. «Estoy muy feliz por él porque ha trabajado muy duro para volver así» celebra su compañero Kevin Durant. Uno de los puntos críticos del apretado encuentro en Portland llegó cuando, a tres minutos del final, los Blazers decidieron enfrentar a Simmons con su peor miedo: los tiros libres. Pero el jugador australiano solventó sus dos visitas a la personal con tres aciertos y un solo fallo. «Amo esos momentos. Su plan era que me entraran las dudas, pero no lo consiguieron. Metimos unos cuantos tiros libres, hicimos unas buenas defensas y logramos cerrar el partido».
El encuentro llegaba con el ambiente enrarecido por las declaraciones que Kevin Durant y el propio Ben Simmons habían concedido a Chris Haynes y Shams Charania respectivamente. En ellas el alero dejaba ciertas perlas sobre la desconfianza que tenía en Nash y el bajo potencial del equipo tal y como está actualmente configurado. Por su parte, Simmons se quejaba del escepticismo que rodeaba a su rendimiento y lesiones también por parte de la organización.
(Fotografía de portada de Steph Chambers/Getty Images)