Blake Griffin explica con sinceridad por qué ya no hace tantos mates

El juego de Blake Griffin ha ido evolucionando en los cinco años que lleva en la NBA, hasta el punto de que en el presente curso realiza más tiros en suspensión que los que suponen la suma de mates y bandejas. Justo sobre este tema se ha expresado en un post publicado en Players’ Tribune, donde el jugador de Los Angeles Clippers detalla los motivos, así como el trabajo que ha tenido que realizar, para poder cambiar de manera tan notable.

Su mejora en el lanzamiento es el resultado del esfuerzo realizado en verano, durante tres años, junto al entrenador de tiro Bob Thate, quien le llevó a comprender la importancia de repetir una y otra vez el lanzamiento a partir de una nueva técnica. Tal es el convencimiento de Griffin, que llega a afirmar que lo que más le satisface en la pista es anotar en suspensión, algo que se debe también a que cuando llegó a la liga le decían que no podía tirar.

«En mis primeros años en la liga yo confiaba en mi capacidad atlética para conseguir mi sitio, porque es justo eso lo que me llevó a la NBA. El problema que existe con esto es que uno llega muy, muy cansado a febrero«, señala antes de afirmar que los ‘haters’ han sido una de sus mayores motivaciones para entrenar y mejorar.

Ganando confianza

Griffin tardó poco en comprender que su futuro en la liga dependía de que su amenaza no se ciñera a la pintura, una idea que le ha llevado a hacer cosas sobre la pista que antes ni se le pasaban por la cabeza. «Hace dos años nunca hubiera intentado un triple para ganar el partido ante los Suns, simplemente no tenía la confianza», se sincera.

Tirar y tirar

El ala-pívot de los californianos señala que el mayor problema, una vez decidido a cambiar la dinámica de tiro, es eliminar esos vicios que lleva adquiriendo desde sus primeros contactos con un balón. ¿La solución?, entrenar cada día para que su cabeza lo recuerde.

«He realizado más de 250.000 tiros en suspensión con Bob Tathe durante los tres últimos años para cambiar el cableado de mi cerebro. Son unos 300 tiros al día. Bob tiene un dicho: ‘¿Cómo se construye una mansión? Ladrillo a ladrillo a ladrillo’. Cada año hemos trabajado para añadir una nueva característica a mi lanzamiento».

Analizando el recorrido hasta alcanzar su actual nivel, Griffin explica que lo más difícil ha sido aprender a soltar la bola en el momento correcto de la suspensión, ya que antes lanzaba en caída y saltando hacia atrás en vez de hacia arriba. «Moldeas el tiro cuando eres niño y con el tiempo vas adquiriendo malas costumbres. Yo estuve jugando la mayor parte del tiempo en el poste en mi época de instituto y universidad, así que realmente no trabajé en mi suspensión«.

Trabajando desde la mente

Quizás lo que más llame la atención de las líneas que escribe Blake Griffin sea la madurez que muestra en ellas, algo que cerciora con un mensaje que deja claro que todo el trabajo físico empieza por la mentalidad de cada uno.

Hay una cita que realmente describe la mentalidad que es necesaria tener en esta liga con el fin de mantener la cordura: ‘El éxito no es definitivo, el fracaso no es fatal. Es el coraje de continuar lo que cuenta‘. Palabra de Blake Griffin, palabra de un All-Star.


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