Un jugador apto para la NBA cobrará algo más de un millón de euros en dos temporadas tras llegar a un acuerdo con una franquicia. Hasta ahí nada extraño. De hecho, parece que estamos ante un jugador bastante mal pagado. La cosa cambia cuando el jugador del que hablamos es Joel Bolomboy, nº 52 del reciente Draft.
Si ya es poco habitual que jugadores seleccionados tan abajo de la segunda ronda logren garantizar sus contratos con la franquicia que ostenta su derechos, menos habitual es todavía que convenzan a dicha franquicia para blindarles por dos años y por una suma total que supere los seis dígitos. Pero tal ha sido el caso de este power forward de genes misceláneos —nacido en Ucrania, madre rusa, padre congolés y madurado en EE.UU—.
Los Cleveland Cavaliers ya nos sorprendieron cuando hace unas semanas aseguraban un hueco en el equipo a Kay Felder, pick 54º, por un millón de dólares. Ahora, Bolomboy, elegido sólo dos puestos más arriba, ingresará en su primer año con los Jazz 600.000 dólares, y el segundo 452.625, ambos cursos totalmente garantizados, asegura Basketball Insiders.
Sólo Tornike Shengelia y Kris Joseph (picka 54 y 51 respectivamente en 2012) consiguieron garantizar dos temporadas siendo elegidos entre los diez últimos puestos de un draft.
El dichoso acuerdo televisivo
Bolomboy se ha visto favorecido por un clima relativamente más favorable para aquellos proyectos escogidos en segunda ronda en lugar de en primera, ya que su escala y normativa contractual funciona de manera diferente. Si los de Salt Lake City no le hubieran puesto sobre la mesa una oferta tan jugosa, el ala-pívot podría haberse convertido en agente libre y firmar por una cantidad superior el curso siguiente, viendo cómo sigue elevándose el límite salarial y sabiendo que su nombre no se cotiza mal en el mercado.
Así, con esta pequeña inversión, los Jazz se aseguran el futuro del jugador y, casi con toda seguridad, ocupará al final de la preseason el 15º y último puesto de su roster de la temporada.