Boston castiga la inconsistencia de unos Warriors sin pegada

Perder ante un proyecto tan sólido como los Celtics en temporada regular no es motivo de alarma, incluso para el líder de la NBA. Pero la imagen de los Warriors en su último cuarto frente a Boston lo fue. El equipo de Steve Kerr mostró señales preocupantes en un mal final de partido que acabó con derrota por 86-99. La falta de profundidad de Golden State fue un lastre ante una noche sin especial brillo de Stephen Curry y Klay Thompson.

Cuestión de recursos


Los Celtics pudieron jugar a su nivel habitual, sólidos en defensa, aún lejos de la excelencia en el rebote y con plenitud de opciones. Isaiah Thomas (25 puntos) era la presencia focal en cancha, pero desde el banquillo asomó un Kelly Olynyk (17 puntos) que abusó sin problema de la desvanecida segunda unidad de Golden State, un equipo ahora mediocre en ataque cuando al menos uno de los «Splash Brothers» se toma un descanso.

Aun así, la ya clásica dupla de Klay Thompson (25 puntos) y Stephen Curry (23 y 6 asistencias) mantuvieron el tipo para los Warriors en los tres primeros cuartos, pese a un terrible 4/17 combinado en triples. Ambos encontraban todavía fórmulas para encontrar el aro pese a que su acierto exterior haya sido intermitente en los últimos días. Sin Kevin Durant, aún sin fecha de regreso, no hay demasiadas opciones para compensar este tipo de noches.

Un final desconcertante


Y el delicado equilibrio de Golden State se rompió en el último cuarto. El balón dejó de fluir, las buenas posiciones de tiro desaparecieron ante la presión verde, y Curry y Thompson se quedaron petrificados. Las 4 asistencias y 8 pérdidas del último cuarto fueron más dolorosas para el estilo de los Warriors que la falta de acierto de sus estrellas. Boston, por contra, encontraba mejores situaciones incluso sin necesidad de un último cuarto mágico de Isaiah Thomas.

Al final, un canto de «MVP» resonó en el Oracle Arena, y no fue para el todavía reinante Stephen Curry. Los aficionados de los Celtics que animaban a su equipo aprovecharon el silencio atónito de los locales para agasajar a su gran estrella, Isaiah Thomas. Los Warriors salían con la cabeza baja y con el acoso de los Spurs cada vez más fuerte. Tras esta derrota, Golden State se queda con 52-12, por 50-13 de San Antonio. El sábado, ambos se verán las caras quizás con el liderato del Oeste y de la NBA en juego.


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