Pedirle más a un equipo que marcha 2-0 arriba en las Finales de Conferencia con dos All-Star lesionados parece de locos, pero ahora, con dos partidos en Cleveland a la vista, es lo que toca.
Boston, sin duda la sensación de estos playoffs, atesora en estos momentos un récord de 9-0 en el TD Garden, una seguridad en casa que le ha permitido avanzar hasta este momento. Sin embargo, la realidad cambia radicalmente cuando se analizan los datos en la carretera. Allí, lejos de casa, se quedan en 1-4.
Más allá de su defensa, la cual está fuera de toda duda a cada segundo de partido, los de Brad Stevens han sufrido para encontrar los puntos en territorio foráneo. En casa han firmado un 47% en tiros de campo y un 39% en triples. Cuando han viajado no pasan del 41% en tiros de campo y el 31% desde el perímetros. Estos números dan ánimo a Tyronn Lue, quien señala que Boston «ha demostrado no jugar bien de visitante».
Esa afirmación ha llegado a oídos de Marcus Smart. El jugador de los Celtics, lejos de ofenderse, admite que deben mejorar. «No hemos jugado bien. Lo sabemos y lo comprendemos. Entendemos que otros equipos lo han visto y tratan de explotarlo. Pero esa es la belleza de este juego. Solo se trata de conseguir un partido. Nunca se sabe. Las cosas cambian. Tenemos mucha confianza ¿Quién sabe?», expresa en relación a las opciones de su equipo en el tercer envite de la serie.
Milwaukee, ejemplo a evitar
El primer partido que hubo de disputar Boston lejos de casa tuvo lugar en la primera ronda ante Milwaukee. Allí, tras ponerse 2-0, salió vapuleado con un contundente 116-92. Brad Stevens señala que los suyos parecían algo conmocionados tras aquel choque. Smart ha tomado nota y apuesta por salir concentrados en Ohio.
«Recibimos un puñetazo en la boca. Nos sorprendieron nada más salir. No podemos permitirnos que eso se repita… Estamos tratando de hacer todo lo posible para ganar un partido y poder poner en práctica cualquier plan que Brad haya diseñado para nosotros», sentencia.