La pequeña crisis que llevó a los Celtics a sumar cinco derrotas en seis encuentros hace unos días parece haber quedado atrás. Los líderes de la liga han vuelto a coger ritmo de victorias y han logrado la cuarta consecutiva al derrotar a los Clippers por 116-110, abriendo aún más la diferencia con respecto a sus perseguidores, que ya es de 2,5 partidos. Los de Mazzulla vuelven a parecer el equipo arrollador que fueron durante el mes de noviembre, lo cual son grandes noticias para ellos y malas para todos los demás.
El de esta madrugada fue un triunfo muy trabajado, pues los Clippers, que cada vez se parecen más a lo que se esperaba de ellos, plantaron cara de principio a fin. Kawhi Leonard, de vuelta en la rotación con aparente normalidad, se encargó de liderar al equipo con 26 puntos, seguido por los 24 de un Paul George que ejerció de escudero e incluso asumió algunos galones más en el último cuarto, en el que fue la principal referencia visitante. Norman Powell funcionó además muy bien como sexto hombre, logrando 19 tantos que nutrieron de anotación a un banquillo por lo demás bastante ineficaz.
No obstante, una buena noche no parece suficiente para tumbar a estos Celtics, que sostenidos por los 29 puntos que firmaron tanto Jayson Tatum como Jaylen Brown se aferraron al triunfo y lograron imponerse en los compases finales. Tatum logró además 11 rebotes para sumar un nuevo doble-doble, mientras que Brown, muy agresivo atacando la pintura durante toda la noche, sumó 12 de sus tantos en el último cuarto. Sus canastas fueron fundamentales para sostener a Boston cuando empezaba a sufrir para anotar, un rol que también cumplió Derrick White gracias a su capacidad para generar tanto para sí mismo como para sus compañeros.
El ex de los Spurs terminó con unos 15 puntos y 4 asistencias no especialmente llamativos, pero su capacidad para aparecer en los momentos clave le convirtió en una de las figuras del partido. Su irrupción más decisiva, no obstante, tuvo lugar en defensa, pues puso un tapón a Paul George a falta de 32 segundos que evitó que el alero colocase el 113-112 en el marcador y dejase el duelo aún más apretado.
«En Los Ángeles nos ganaron de paliza, y esta vez teníamos claro que queríamos jugar mejor» afirmó Jaylen, que evidenció que no había olvidado el último encuentro entre ambos equipos, que se saldó con un 113-93 favorable a los californianos. «Queríamos cambiar la historia esta noche aprovechando que jugábamos en casa para llevarnos la victoria».
Dicho duelo tuvo lugar durante la gira por el Oeste en la que comenzaron los problemas que los Celtics pasaron hace unas semanas. Los de Massachusetts cayeron ante Warriors y Clippers, se llevaron un triunfo milagroso contra los Lakers, y posteriormente perdieron dos veces con Orlando y una con Indiana en la vuelta a casa. No obstante, aquel mal momento es ya cosa del pasado, y la buena reacción del equipo parece haberlo dejado todo en una pequeña crisis puntual.
(Fotografía de portada: Winslow Townson/Getty Images)