No era una noche cualquiera en el Garden. Los Celtics recibían a los Grizzlies en un partido que por sí solo –y más con las numerosas bajas de los de Memphis– no apuntaba a tener mayor emoción. Sin embargo, por encima del rival y de lo que ocurriese sobre el parqué estaba el regreso de quien ha sido emblema de los Celtics durante casi una década: Marcus Smart.
Tras el traspaso del pasado verano para conseguir a Kristaps Porzingis, el guard regresaba a casa, al TD Garden, para reencontrarse con compañeros y aficionados; personas que para él son prácticamente familia tras vivir (y sufrir) tantas batallas juntos. No pudo jugar –una lesión en el anular derecho le tiene por ahora en el dique seco–, pero estuvo allí, en el pabellón, para sentir que el cariño que le tenían sigue muy vivo.
«Fue muy bueno verlo hoy. El tiempo que he pasado aquí con él ha sido muy especial. Una de las razones por las que vine aquí en el año 2016 fue jugar con Isaiah Thomas y Marcus Smart», comenta Al Horford.
En cuanto al homenaje del equipo, los Celtics no escatimaron en detalles. A mitad del primer cuarto proyectaron un vídeo que impulsó a los aficionados a corear: «We love Marcus! We love Marcus!». Fue sólo el primer momento emotivo de una noche en la que durante el segundo cuarto le fue entregado el premio ‘Hero Among Us’ por sus contribuciones caritativas a la comunidad.
Decimos que fue un homenaje de Boston y su afición porque fueron los segundos quienes de verdad le hicieron sentir que nunca se olvidarán de él. Tras los actos ‘oficiales’, y ya con el partido completamente controlando, de manera espontánea se empezó a escuchar en la grada un continuo… «¡Gracias Marcus! ¡Gracias Marcus!». No extraña que antes de recibir tanto amor el propio Smart pronunciase estas emotivas palabras.
“No hay nada como jugar en este lugar, en esta ciudad. Estos aficionados me permitieron crecer… Boston es un segundo hogar para mí», sentencia.
(Fotografía de Paul Rutherford/Getty Images)