Cuando a un jugador le preguntan por su llegada como agente libre a un equipo, lo usual es que hable de lo querido que se ha sentido en las negociaciones, por el ambiente de trabajo que ha percibido, el personal, los compañeros… Bradley Beal no es de esos que se andan con rodeos. «Quiero un anillo», le admite a Tamar Sher en cuanto escucha la pregunta.
El escolta viene de una decepción mayúscula en Phoenix. Donde contribuyó activamente al fracaso del equipo más caro de la historia. Por lo que costó hacerse con él, las limitaciones derivadas de su peculiar contrato y su rendimiento. Ahora, llegando a Los Angeles Clippers cobrando tan solo 5,3 millones de dólares, las expectativas y encaje son distintas.
«Lo quiero [el anillo] a toda costa. Y también buscaba algo de rejuvenecimiento, renovar el hambre», continúa Beal en la entrevista que concede a KMOV. «Es una nueva ciudad y un nuevo grupo. Pero que tiene hambre también. Así que estoy entusiasmado».
(Fotografía de portada de Los Angeles Clippers/X)
