Ayer los Wizards rompieron la racha de ocho victorias que encadenaban los Sixers. El triunfo les deja todavía a un partido y medio de distancia con los puestos de play-in. Pero la victoria llegó a costa de perder a su mejor jugador. A falta de cuatro minutos para el término del encuentro, Bradley Beal se tuvo que marchar lesionado en la zona posterior de su rodilla. Las primeras pruebas determinaron que se trataba del infame hamstring, traducido como tendón de la corva, y que es uno de los grandes quebraderos de cabeza de los jugadores NBA a nivel muscular.
Hoy Beal se someterá a un nuevo examen médico, pero los plazos de esta lesión suelen variar demasiado. Además, este tipo de bajas suelen ser muy dadas a recaídas y, en ocasiones, están sujetas a un largo periodo para recuperar un estado óptimo. James Harden puede dar buena cuenta de esto. El escolta de Washington ha sufrido ya unos cuantos percances físicos que le han llevado a perderse 11 encuentros en lo que va de temporada. De hecho, su última ausencia ya estuvo relacionada con el mismo problema del que hoy se resiente. El año pasado lo acabó con solo 40 partidos por una lesión en su muñeca derecha de la que acabó operándose.
En el momento de dejar la cancha, Beal sumaba 19 puntos y 5 asistencias en casi 30 minutos. Sus promedios en 23 partidos están siendo de 23,5 puntos, 5,2 asistencias y 3,6 rebotes. El pasado verano firmó un contrato por 215 millones de dólares y cinco años.
(Fotografía de portada de Greg Fiume/Getty Images)