Brillante resurrección de los Cavaliers en Boston

El duelo en Boston entre los pujantes Celtics y los deprimidos Cavaliers, con la ausencia de última hora de Tristan Thompson, no cambió la jerarquía del Este. Cleveland, con un LeBron James colosal, se sacó las dudas de las últimas semanas con uno de sus mejores partidos de la temporada. La victoria final por 91-114 sirvió a los vigentes campeones para dar un paso de gigante en su pelea por acabar en primera posición del Este.

Todavía reinando


Más allá de un primer cuarto de escaso brillo para ambos equipos, el enfrentamiento fue un monólogo de los Cavaliers hasta los minutos basura. LeBron James (36 puntos, 10 rebotes, 6 asistencias y 2 tapones) se encargó casi en solitario de romper el partido a ambos lados de la cancha en un segundo cuarto monumental. Pese a recuperar a los tocados Avery Bradley y Jae Crowder, Boston se encontró totalmente dependiente de Isaiah Thomas, pagando caro sus descansos.

El base terminó con 26 puntos. Pese a su 1/8 en triples, Thomas fue el único punto de luz ante la exhibición de James, cuyo dominió se prolongó a la segunda mitad. A finales del tercer cuarto, la ventaja llegó a ser de 29 puntos. Solo entonces los Cavs bajaron el ritmo, recuperando la solidez perdida en un terrible mes de marzo en el que su liderato casi permanente en el Este empezó a tambalearse ante el acoso primero de Washington y posteriormente de Boston.

Liderato casi atado


Todo cambió en el TD Garden. Los Cavs se colocan con un balance de 51-27, dejando una victoria atrás a los Celtics (50-28), y con un hipotético empate decidido a su favor tras dominar su serie particular por 3-1 en la presente campaña. Su recta final no será sencilla (Atlanta en dos ocasiones, Miami y Toronto serán sus últimos rivales), pero el paso dado en Boston fue gigante, tanto por el resultado como por sus sensaciones.

El partido aseguró también el fin de la impresionante racha de 447 partidos consecutivos sin pausa de Tristan Thompson, ausente por un esguince en su pulgar derecho. El nuevo «hombre de hierro» de la liga pasa a ser ahora Corey Brewer, jugador de los Lakers, con 273 presencias permanentes sin perderse partido alguno por lesión, suspensión, descanso o decisión técnica. Eso sí, todos quedan aún muy lejos del virtualmente insuperable récord de 1.192 partidos de A.C. Green entre 1986 y 2001.


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