Brooklyn inaugura su cuenta de victorias con triple-doble de Durant

Brooklyn Nets ha logrado su primera victoria del curso en cancha de Philadelphia 76ers. Los chicos de Steve Nash estuvieron la mayor parte de la noche a remolque, pero fueron capaces de remontar cuando los aficionados de los Sixers ya estaban prácticamente saboreando el triunfo. El triple-doble de Kevin Durant y el fantástico final de LaMarcus Aldridge tuvieron mucho que ver en el 109-114 con el que concluyó el partido.

No había presión, pero evitar el 0-2 era el objetivo. Los Nets, en cierto modo en construcción al no poder contar con Kyrie Irving, necesitan ir encontrando sensaciones. Obvio que el equipo está lejos de lo que se espera, pero si por el camino van cayendo victorias, pues mejor para ellos. La de anoche es de las que levantan la moral. Durante 42 minutos estuvieron por detrás en el marcador y cuando restaban algo menos de seis el marcador era 108-98 a favor de Philadelphia. Parecía complicado vencer, pero los Sixers sufrieron un cortocircuito para lograr un solo punto en el resto del encuentro…

Mientras los locales fallaban sin parar, en los neoyorquinos iba creciendo por momentos la figura de LaMarcus Aldridge. El ala-pívot justificó con creces su retorno a las pistas para hacer 23 puntos en otros tantos minutos desde el banquillo, y lograr nueve para los suyos en el parcial final de 16-1 con el que cerraron el choque. El jugador interior dio la puntilla, pero tampoco habría llegado ese momento sin un excelso Kevin Durant de 29 puntos, 15 rebotes y 12 asistencias; sí, triple-doble. James Harden por su parte aportó 20 puntos, 7 rebotes y 8 asistencias.

«Hicimos muchas jugadas en la recta final del partido, pero eso se debió sobre todo a nuestra voluntad de seguir luchando. La disposición a competir y creer es la razón por la que este grupo ganó el partido», comenta Steve Nash sobre sus chicos.

Embiid, con problemas físicos

Si en Brooklyn se marcharon con una sonrisa, en los 76ers fue todo lo contrario. Por un lado sigue sin concretarse cuándo estará Ben Simmons con el equipo –si es que eso ocurre–. Por otro, Joel Embiid jugó con dolor en su rodilla derecha y admite que quizás debería haberse quedado fuera del partido. «Probablemente no debería haber jugado, pero es bueno estar ahí fuera con los muchachos», expresa.

El center se marchó a vestuarios antes del descanso y calentó al descanso con su articulación vendada. Jugó la segunda parte, pero se quedó en 19 puntos, 8 rebotes y 4 tapones con 30 minutos sobre el parqué. Los máximos anotadores del equipo fueron Tobias Harris y Seth Curry, ambos con 23 puntos.

El público y Simmons

Philadelphia puso de su parte para que el partido no se convirtiese en un momento de protesta contra Ben Simmons; es más, Embiid fue el encargado de dirigirse a la multitud antes de empezar y, tras dar las gracias a los aficionados por acudir a la cancha, pidió apoyo para Simmons, de quien dijo «sigue siendo nuestro hermano». La gente le escuchó y no se produjeron cánticos, pero sí fue inevitable ver vestimentas o pancartas en alusión a él. Se pudieron ver algunas de Mister Softee con un helado sobre la cabeza del jugador, e incluso uno se vistió con nariz y peluca de payaso junto a la camiseta de Simmons, a la cual pegó la palabra ‘clown’. Cuesta prever una reconciliación.

(Fotografía de Tim Nwachukwu/Getty Images)


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