Los New Orleans Pelicans están siendo una de las sensaciones de la temporada. Ahora mismo ocupan la tercera plaza del Oeste y solo les separa medio partido de los Nuggets y los Grizzlies, empatados a la cabeza. Y si hay que individualizar injustamente en alguien, Zion Williamson es el nombre. Tras superar una temporada aciaga marcada por una fea lesión en su pie derecho y las consiguientes recaídas, el número uno del draft de 2019 parece haber retomado sus heroicidades allá donde las dejó, pero dotándolas de un punto de madurez inaudito. Su compañero C.J. McCollum no termina de creérselo. «Sólo está empezando a soltarse», asegura en una charla con Marc J. Spears para Andscape.
A su llegada a la ciudad del jazz, el escolta sembró cierta polémica por decir que no había hablado con Zion durante sus primeros días en la franquicia. Problema que el veterano se encargó de zanjar rápidamente y por el que pidió disculpas. Sin embargo, no ha sido hasta esta temporada que ha podido disfrutar de la compañía de Williamson en cancha. «Tenía una leve idea de lo que era capaz de hacer, pero no creo que veamos una cosa así en mucho tiempo. La forma en que juega, la eficiencia, la fuerza, el poderío. Promedia 30 como si nada. Es ridículo», dice fascinado.
Pero McCollumm no se quedaba en la desaforada capacidad ofensiva de su compañero, algo obvio desde que pisó una cancha NBA. El que es el líder espiritual de estos Pelicans anticipa un crecimiento en áreas de su juego que el público general quizás ignore. «Evidentemente, puedes ver los highlights ofensivos. Pero está comenzando a tomarse la defensa como algo personal. No voy a decir que ha alcanzado la madurez porque tiene 22 años y va a ser aún mejor. Aunque está maximizando su potencial. […] Lo más increíble es que, después de un año sin jugar, todavía se está adaptando al entorno y a su rol», cierra su carrusel de piropos el ex de los Blazers.
(Fotografía de portada de Michael Reaves/Getty Images)