Se confirman las buenas noticias. Pese a que en un principio saltaron todas las alarmas, la resonancia margnética a la que se ha sometido Stephen Curry en Charlotte ha confirmado que no sufre daño estructural en su tobillo derecho, tal y como ha informado la propia franquicia.
Eso no quiere decir que la lesión no tenga su importancia. Curry, quien dejó el Smoothie King Center con una bota y muletas tras sufrir un esguince al intentar robar un balón, tiene una importante hinchazón en la articulación, por lo que es baja para las dos próximas semanas a la espera de ser revaluado entonces.
Lidiar con problemas en los tobillos no es algo nuevo para el dos veces MVP. Antes de convertirse en uno de los mejores tiradores de la historia y conducir a Golden State a dos anillos, Curry debió enfrentarse a lesiones similares. Se recuperó y cambió el juego y la forma en que se mira a canasta en la NBA.
Los Warriors pueden sentirse aliviados ante el diagnóstico, pero no contentos. Aunque la llegada de Kevin Durant les hizo crecer enormemente, Curry sigue siendo la pieza con la que todo comienza y acaba. Darle descanso un día o dos es una cosa. Saber que debes jugar sin él durante varios partidos seguidos es otra.
Calendario favorable
Pensando en que se cumplan los plazos y Curry pueda volver a las canchas alrededor del 22 de diciembre, los Warriors deberían jugar hasta siete partidos sin él. No es preocupante, ya que solo dos de ellos serían contra equipos de playoffs: Detroit Pistons y Portland Trail Blazers. El resto de encuentros les enfrentará a Charlotte, Dallas, Memphis y Lakers en dos ocasiones.
¿Regreso para Navidad?
Aunque Curry pueda estar listo para el 22 o 23 de diciembre, es probable que sus miras se sitúen en el 25, día en el que está previsto celebrar la Navidad por todo lo alto con el enfrentamiento ante Cleveland Cavaliers. El tobillo puede que responda antes, pero sería extraño que arriesgase lo más mínimo si ello supone poner en peligro su participación ante LeBron James.