Cam Reddish quiere volver a ser el jugador que era en el instituto

Los Atlanta Hawks son uno de los equipos de mayor potencial joven de la liga. Lo que con Lloyd Pierce era un conjunto de imberbes sin experiencia, con Nate McMillan ha demostrado ser un grupo enérgico, duro y lleno de talento diferencial. Para un jugador que ha tenido que ver esta revolución desde la enfermería, debería suponer todo un reto volver a jugar con el equipo. Pero Cam Reddish se plantó en las finales de la Conferencia Este frente a Milwaukee Bucks como si nada hubiese pasado. El alero rindió a un nivel defensivo increíble para alguien que vuelve de una lesión de Aquiles, cerrando su participación con 21 puntos y seis triples en su mejor partido de la serie que ese mismo día perdieron los Hawks.

A pesar de encajar como un guante en estos playoffs, Reddish sabe que debe de trabajar si no quiere que el nuevo ritmo adquirido por sus compañeros le pase por encima. En su corta estancia en la liga, el jugador no ha sido capaz de encontrar una regularidad que le haga sentirse cómodo. Él mismo lo achaca a cierta incomodidad con el rol de tirador en el que Lloyd Pierce le encasilló. Su papel como triplista provocaba que las malas rachas de tiro le afectasen a su juego en general, incidiendo en la inconsistencia mencionada.

Por todo ello, Cam quiso afrontar la offseason con la idea de volver a ser el jugador que fue en Westtown School, instituto que dejó atrás siendo el segundo mayor prospect de 2018 solo detrás de R.J. Barret. Con ello en mente, el jugador se puso en manos de Greg Garrett y Pooh Evans, antiguos entrenadores del Reddish adolescente. Los tres han querido contar su experiencia a The Athletic.

Cam ha trabajado junto a ellos cinco días a la semana durante todo el verano, procurando centrarse en su tiro y creación de juego. Los Hawks se caracterizan por ser un conjunto que cuenta con muchos jugadores capaces de echar el balón al suelo, fabricarse sus propias situaciones y formar pparte de la toma de decisiones. Reddish no quiere ser menos, pues ya era ese tipo de generador antes de entrar en Duke. Aunque sabe que el primer paso es resolver ese problema que afectaba a sus rachas de tiro y confianza.

Partiendo de esto, el principal objetivo que se fijaron los técnicos fue quitarle de la cabeza el miedo al fallo. En cada entrenamiento, Cam lanza miles de tiros para trabajar en la gestión mental del error. Sus entrenadores le ponían de ejemplo a Barret y su insistencia en el tiro a pesar de no ser un jugador muy ducho en dicha disciplina.

El último desafío de Reddish durante los últimos meses tiene que ver con sus ausencias por lesión. Algo para lo que también está buscando solución. El alero asegura que ha comprendido que antes hacía demasiados movimientos superficiales jugando, y que ha trabajado en eliminar los kilómetros y esfuerzos de más. El techo de Reddish para esta temporada es una incógnita, pero el trabajo hecho está. Si se encuentra a sí mismo, los Hawks recibirán la enésima buena noticia en tiempos recientes.

(Fotografía de portada de Mark Brown/Getty Images)


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