El futuro y el presente deportivo de Minnesota chocaron en la visita de los Knicks. Por un lado, Karl-Anthony Towns firmó su partido más aplastante como profesional, abusando en el camino de la defensa neoyorkina (Joakim Noah, su teórico especialista defensivo interior, fue baja por lesión). Pero, en el otro, los Timberwolves volvieron a tropezar por 104-106 gracias a la canasta ganadora de otro jugador con sangre caribeña como Carmelo Anthony.
Antológico Towns
Minnesota sufrió su tercera derrota consecutiva y sexta en los últimos siete partidos. Ni siquiera el espectacular partido de Karl-Anthony Towns, en su 100º partido en la liga, sacó al equipo de Tom Thibodeau de un bache que amenaza con volver a dejarles sin opciones de Playoffs demasiado pronto en la temporada. Sus 47 puntos y 18 rebotes, a sus 21 años recién cumplidos, le convirtieron en el jugador más joven de la historia que alcanzaba estos números en un partido de NBA, aprovechando las miserias defensivas de los Knicks.
Joakim Noah, pívot titular de New York, fue baja por un esguince de tobillo, dejando a Kyle O’Quinn como titular. El cambio no ayudó en absoluto al equipo neoyorkino. Towns anotó 22 puntos en el primer cuarto como aperitivo de un partido histórico. Pero, para desgracia de los Timberwolves, sus problemas aún no se solucionan únicamente gracias a su estrella. Su propia defensa tampoco hizo gran cosas para parar a Kristaps Porzingis (29 puntos, 8 rebotes y 4 asistencias) y, particularmente, su segunda unidad fue un desastre ante los más competentes reservas de los Knicks.
La sentencia de Melo
El banquillo de New York volvió a dejar espléndidas sensaciones liderado por Brandon Jennings (12 puntos y 7 asistencias), con el lituano Mindaugas Kuzminskas (14 puntos en 20 minutos de sorprendente ejecutor). Su labor compensó la exibición de Karl-Anthony Towns, dejando el partido igualado hasta el último minuto. Y para anotar la canasta decisiva apareció un Carmelo Anthony que, hasta entonces, había tenido un partido para el olvido.
El alero terminó con 14 puntos y un 5/16 en tiros de campo, números extraños para un anotador de su nivel. Pero la estrella de los Knicks mantuvo la sangre fría cuando tocaba. Una canasta marca de la casa, en aislamiento y desde media distancia, a dos segundos del final y un robo en la última posesión a la desesperada de los Timberwolves sentenciaba y le daba la trabajada victoria a New York, de vuelta al 50% de victorias (9-9) y a la zona de Playoffs.
Todo a costa de dejar a los Timberwolves ya en la penúltima posición del Oeste con un balance de 5-13 y empezando a mirar la temporada con mucha mayor angustia de lo esperado. La espectacular e histórica actuación de Karl-Anthony Towns no endulzó el cada vez más enrarecido ambiente en Minneapolis.