Carmelo Anthony fue traspasado el 23 de septiembre a Oklahoma City Thunder después de un verano repleto de rumores y una temporada en la que sus problemas con Phil Jackson eran más que evidentes.
Anthony ha mencionado en diferentes ocasiones que él pensaba que sería traspasado a Houston a principios de julio. Allí tenía planes de encontrarse con viejos amigos para intentar ganar a los actuales campeones de la NBA. «Había estado hablando con sus amigos, Chris Paul y LeBron James sobre la posibilidad de juntarse en Houston y cómo ese equipo podría plantar cara a Golden State. Llegó incluso a detallar cada enfrentamiento individual para concluir que estos Rockets podrían superar a los Warriors. Durante el verano, Carmelo confiaba en que los Knicks llegaran a un acuerdo con Houston. Se plantearon diferentes opciones pero ninguna llegó a producirse, hasta que Anthony salió dirección Oklahoma unos días antes del training camp», comenta el periodista Ian Begley en ESPN.
La decisión de LeBron
Los Rockets han dado un gran paso adelante este verano sumando a Chris Paul y otros complementos muy útiles tanto para la defensa como para abrir espacios en ataque. Hace unas semanas, conocíamos un rumor publicado por el periodista Sam Amick que afirmaba que tanto los Rockets como sus rivales creen que existe una posibilidad real de que LeBron James termine en Houston. Las matemáticas salariales serían realmente complicadas pero, como hemos visto en casos recientes, todo es posible si los jugadores implicados ponen de su parte. Es cierto que tendrían que salir piezas clave del proyecto actual para poder hacerse con jugadores de primer nivel, ––como ha pasado en otros equipos, por ejemplo, con Avery Bradley y Crowder saliendo de Boston––, pero son riesgos que hay que correr si quieres competir contra los mejores.
La decisión de LeBron James en 2018 puede modificar totalmente el mapa de la NBA. Si decide cambiar de conferencia se abrirá un espacio en el Este para otros equipos, después de su dominio absoluto y presencia permanente en la Finales de la NBA desde 2011. Con un movimiento puede lograr un efecto dominó que lleve a diferentes estrellas a tomar decisiones al respecto.
El próximo verano promete.