Carmelo regresa a New York ovacionado… hasta el salto inicial

Tras siete años como jugador franquicia e ídolo en la Gran Manzana, Carmelo Anthony regresaba anoche a New York para enfrentarse a los Knicks. Lo hacía como jugador de Oklahoma City Thunder y quizás en uno de los momentos más complicados de su carrera, ya que el acierto no le está acompañando y ya hay quien clama porque de un paso atrás –exactamente al banquillo–.

Pero nada de eso estuvo presente cuando su antigua franquicia y afición lo homenajearon antes de romper a sudar. Su anunciaban los equipos y el videomarcador del Madison Square Garden proyectaba imágenes de Carmelo. Mientras esas instantáneas iban reproduciéndose, el ambiente se iba animando. Hubo silencio, pero solo unos segundos. El ‘thank you’ Carmelo que todos leímos dio lugar a la ovación de una afición que le recuerda con cariño y agradecimiento.

Superada la emoción, el partido fue otra historia. Sabedores de que ahora era su rival, los fans neoyorquinos abuchearon tímidamente una vez empezó el partido en lo que se acabaría convirtiendo en una constante cuando tocaba el balón. Melo entiende que era lo lógico. «Era algo esperado. No pueden animarme, estoy en el otro equipo».

Más allá de sentimentalismos, Anthony volvió a tener una noche complicada a nivel individual. Fueron solo 12 puntos con una serie de 5 de 18 en tiros de campo y una clara derrota por 111-96. Esto último le dolió más que cualquier silbido que llegase desde la grada. «Fue una sensación agridulce, ya que volví aquí sabiendo que tenía un objetivo, que quería lograr algo y me quedé corto en ese apartado».

En cualquier caso la derrota no fue una sorpresa. Los Thunder, que la noche anterior habían sufrido de lo lindo para imponerse en Philadelphia tras tres prórrogas, jugaban en el Madison casi sin descanso de por medio. Hasta Russell Westbrook, acostumbrado a exhibiciones, se quedó en unos 25 puntos, 7 rebotes y 7 asistencias terrenales para él.

El brillo de Beasley

No estaba Kristaps Porzingis, pero los Knicks cuentan este año con un arma que, si está centrada, explota su talento ante cualquiera. Ese es Michael Beasley. Tras momentos en los que incluso no encontraba contrato en la NBA, anoche demostró por qué fue un número 2 del Draft. Sus 30 puntos, 5 rebotes, 4 asistencias y 2 tapones fueron determinantes para que los de New York se afianzaran en puestos de playoffs.

Persiguiendo el positivo

OKC, pese a ser en estos momentos equipo de postemporada (8º en la Conferencia Oeste) volvió a perder la oportunidad de colocarse con récord positivo y se queda con un balance de 14-15. No ven en su casillero más victorias que derrotas desde la noche de Halloween, cuando un triunfo ante Milwaukee Bucks les puso con 4-3.


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