Carmelo Anthony es desde ayer oficialmente jugador de Houston Rockets. El alero All-Star, tras un año complicado en Oklahoma, llega a Texas con la intención de reivindicarse, pero no por ello olvida lo vivido con los Thunder. En una emotiva carta publicada en The Oklahoman, da las gracias a la que fue su franquicia durante un año.
Gracias OKC,
Sé que solo ha sido una temporada, pero desde que llegué a Oklahoma, fui recibido con mucho cariño por parte del equipo, la organización, y por supuesto, los increíbles aficionados de esta ciudad increíble. A lo largo de toda la temporada, partido tras partido, me ayudasteis y me hicisteis sentir vuestra pasión. Esto es algo que siempre valoraré y nunca olvidaré. Ese apoyo especial que se mantuvo vivo toda la temporada.
En la vida aprendí que las cosas no siempre te salen como quieres. Yo no quería nada más que hacer mi trabajo y ayudar a traer el anillo a esta ciudad. Lamento no haberlo conseguido mientras estuve allí.
Gracias a Russ, PG, Sam Presti, Coach Billy Donovan, mis entrenadores y el resto de la plantilla que trabajó tan duro en el Chesapeake Energy Arena y en los entrenamientos. Os agradezco mucho a todos. Por último, pero no menos importante, gracias a Bennett por creer en mí. Este capítulo de mi vida quizá ha llegado a su final, pero mi historia aún no.
Buen modo sin duda de terminar una historia que empezó tan mal como acabó. Arribado a Oklahoma antes de iniciar el curso 2017-18, Carmelo nunca cuajó junto a Russell Westbrook y Paul George. La idea, formar un big three con el que aspirar a todo, nunca fraguó; tanto fue así que perdieron en primer ronda de playoffs contra Utah Jazz. En el plano individual Anthony se quedó en un promedio de 16,2 puntos, el más bajo de su carrera.