¿Hasta qué punto hay sentimiento de pertenencia a algo en la NBA? Durante el año nos cansamos de escuchar que es un negocio, pero los propios jugadores dicen que es algo que vas aprendiendo con el tiempo. Algo así le debe estar pasando justo ahora a Chet Holmgren, a quien le sentó realmente mal el traspaso de su ya ex compañero Josh Giddey. El pívot pensaba que formaban parte de ese nuevo núcleo que llevaría al éxito a Oklahoma City Thunder, sobre todo porque fueron elegidos en el draft en años consecutivos. Ya no será posible. OKC traspasó al joven australiano a Chicago a cambio de Alex Caruso.
«Me sentí muy dolido cuando vi que Giddey ya no estaría en nuestro equipo. Todos estamos con él. Es nuestro perro, todavía lo es. Va a hacer grandes cosas en Chicago, así que estamos emocionados por él y también estamos emocionados de tener a Alex Caruso en nuestro equipo a partir de ahora. Como dijiste, es un gran defensor, hace tiros, siempre hace jugadas que te ayudan a ganar y además acierta en sus decisiones. Ese es el tipo de chico con el que quieres jugar», comenta en el Podcast P With Paul George.
A Holmgren pudo molestarle que OKC traspasase a Giddey, pero todo apuntaba en tal dirección. Al concluir la campaña 2023-24 no pocos señalaban que siendo un manejador de balón, el australiano podía no ser la pieza idónea para jugar en el backcourt junto a Shai Gilgeous-Alexander. Siguieron confiando en él para la 2024-25, pero esto no hizo sino certificar el camino a seguir. Giddey perdió minutos en temporada regular y en playoffs llegó a ser suplente para ni siquiera estar en los últimos momentos de los partidos en pista. Banco y en botella. Decidieron que tenían que traspasarlo.
La realidad es que el acuerdo parecía (y parece) tener mucho sentido tanto para Oklahoma como para Chicago. Los primeros añaden un defensor de élite que puede ser muy efectivo en ataque sin el balón en sus manos. Los segundos suman talento joven a un proyecto que estaba obligado a reinventarse, mientras Giddey tendrá total libertad sobre la cancha para desplegar sus cualidades –que son muchas–.
(Fotografía de Tim Nwachukwu/Getty Images)