En París, ante más de 15.000 personas y con leyendas como Magic Johnson, Ben Wallace, Rip Hamilton o Tony Parker entre los espectadores; así conquistaron anoche los Bulls la Ciudad de la Luz en un partido en el que –también hay que decirlo– los Pistons tampoco pusieron demasiada resistencia.
El marcador final, 126-108 a favor de Chicago, es fiel reflejo de lo ocurrido sobre el parqué. No hubo emoción (en la segunda parte), pero al menos sí espectáculo con algún mate violento de Zach LaVine u otras canastas de bella factura. La realidad es que la NBA cruza el charco con un objetivo prioritario: vender su producto y expandir su marca. Eso lo cumplieron con creces.
La realidad es que con Chicago y Detroit como embajadores, se vivieron días de celebración en la capital de Francia. Ambos equipos participaron en varios clínics de baloncesto, estuvieron presentes en eventos como visitas a la Torre Eiffel o cenas de lujo, y los Pistons incluso disfrutaron de un espectáculo privado en la Ópera de París. Sí, había un partido oficial de la NBA para poner el broche a la expedición, pero éste tenía un marcado carácter festivo; tanto es así que el Comisionado de la NBA, Adam Silver, lo ve casi como un partido de las estrellas en suelo europeo.
«No quiero comparar esto con el All-Star Game, pero es lo más parecido que tenemos a un All-Star Game europeo», recalca dejando claro que jugar en París trasciende lo que sería un partido al uso de la regular season.
Entre tanta algarabía el jugador más destacado fue Zach LaVine. La estrella de los Bulls, quien comentó que su bisabuelo era francés, se fue hasta los 30 puntos para encandilar a los presentes y acercar la victoria a los suyos. Para alcanzar tal meta contó con la colaboración de DeMar DeRozan, autor de 26 tantos. Ya por parte de los Pistons, el máximo anotador fue Bojan Bogdanovic con 25 puntos.
Victor Wembanyama, también presente
Lo decíamos. Lo vivido en el Accor Arena de París fue más de un partido de baloncesto. Victor Wembanyama, jugador de 19 años que apunta a ser número 1 del draft de 2023, estuvo presente en el pabellón junto a su familia. No pasó desapercibido. Tomó su asiento unos 15 minutos antes del inicio del encuentro y cuando las cámaras le enfocaron en el segundo cuarto, la multitud respondió rugiendo de alegría. Es sin duda un enorme talento del que muchos esperan pueda ser uno de los dominadores de la NBA en los próximos años.
Jordan y su visita en el 97
No era la primera vez que los Bulls viajaban a París para jugar al baloncesto. Ya en 1997 un equipo entonces liderado por Michael Jordan pasó allí parte de su pretemporada para disputar el conocido como McDonald Championship y enfrentarse al Paris Saint Germain y a Olympiacos. Aquella visita fue todo un éxito pese a que por entonces había pocos jugadores extranjeros en la NBA. Para ser exactos, en el 97 hablábamos de que uno de cada 14 jugadores no había nacido en Estados Unidos; ahora la proporción es prácticamente de uno a cuatro. Sí, la actual NBA es algo global a todos los niveles.
(Fotografía de Dean Mouhtaropoulos/Getty Images)