Hace ya dos años que Chris Bosh disputó su último partido en la NBA. Como todos sabemos, unos coágulos de sangre en los pulmones precipitaron una baja indefinida que se ha prolongado hasta el presente. Con esos datos, Miami Heat lo dio de baja en julio de 2017 una vez que los doctores certificaron que no podía volver a jugar. Eso han dicho, pero Bosh no termina de creer que su final como jugador de baloncesto ha llegado.
Desde el primer día que se conoció el diagnóstico Bosh anunció que lucharía por volver. Ha pasado mucho tiempo y los médicos siguen afirmando que no es seguro que practique deporte a nivel profesional, pero ni así termina por dar su brazo a torcer, tal y como señala en una aparición en ESPN.
«He pasado tiempo en el gimnasio. Todavía puedo jugar al baloncesto. No, aún no he terminado. Estoy tratando de regresar. Hombre, veo a todos estos tipos tirando triples y sin casi defender… Tengo que conseguir algo así».
Riesgo inasumible
Puede que Bosh esté dispuesto a jugar aunque no se lo aconsejen, algo que quedó claro durante su disputa con Miami: él quería volver sin autorización médica y la franquicia no le dejó. El nivel de un dos veces campeón de la NBA y 11 veces All-Star está fuera de toda duda, la cuestión es que ningún equipo parece que vaya a tomar el riesgo que supone ponerle en pista.