Chris Finch se ganó ayer su presencia en el All-Star Game después de que sus Timberwolves se impusieran a los Rockets por 111-90. Dicho resultado le permitió llegar como el mejor técnico del Oeste a la fecha límite para designar a los entrenadores, de modo que se encargará de dirigir a su conferencia desde el banquillo en el partido de las estrellas.
Finch terminó de hecho empatado con Mark Daigneault, pues tanto Minnesota como Oklahoma ganaron sus respectivos encuentros y se encuentran con un balance de 35-15. Ante esta situación, se usan los duelos directos entre ambos equipos como criterio de desempate, pero dado que también hay igualdad aquí (2-2) se ha tenido que recurrir al balance de cada uno contra los equipos de la misma conferencia. Ha sido ahí donde el de los Timberwolves se ha impuesto al de los Thunder, pues los de Mineápolis presumen de un sensacional 24-8 que mejora al 21-11 de OKC.
El técnico comandará por tanto a dos de sus jugadores, Anthony Edwards y Karl-Anthony Towns, que fueron elegidos como suplentes para el encuentro. Además de ellos, su plantilla estará formada por Shai Gilgeous-Alexander, Luka Doncic, LeBron James, Kevin Durant y Nikola Jokic como titulares y Stephen Curry, Devin Booker, Paul George, Kawhi Leonard y Anthony Davis como suplentes.
Esta es la primera ocasión en que Finch formará parte del All-Star Game, convirtiéndose además en el primer entrenador de los Timberwolves en formar parte del evento desde Flip Saunders en 2004.
«Esto es probablemente lo mejor que nos ha pasado esta temporada» afirmó Anthony Edwards, quien, como sus compañeros, se mostró muy feliz por su técnico. «Es genial para él que se le reconozca por el gran trabajo que ha hecho este año».
(Fotografía de portada: Michael Reaves/Getty Images)