Colosal partido de Lillard para acercar a Portland a playoffs

Los héroes aparecen cuando se les llama. En Portland, no había nadie más reclamado que Damian Lillard en plena batalla por el octavo puesto de los playoffs. Y el base se presentó a lo grande. Una de las mejores noches de la carrera de Lillard sirvió para que sus Blazers derrotaran a Utah, un equipo aún con mucho en juego, por 101-86. Fue una exhibición ofensiva nunca vista en Portland por un jugador del equipo local.

Pura magia


Concretamente, Damian Lillard terminó con 59 puntos, lo que supone no solo un récord personal en la NBA, sino el máximo de un jugador de los Blazers en los 57 años de vida de la franquicia. Hasta entonces, la mejor anotación de un jugador de Portland estaba en propiedad de Damon Stoudamire, con 54 desde 2005. Desde que los Jazz se trasladaron a Salt Lake City en 1979, solo Kobe Bryant les había anotado más puntos, con los inolvidables 60 que logró en el último partido de su carrera hace casi un año.

Lillard fue el motor casi único de los Blazers ante Utah. Aparte de sus 59 puntos (a los que sumó 5 asistencias sin ninguna pérdida), solo los 12 de Maurice Harkless alcanzaron las dobles figuras. Además, mientras el base lanzó 16 tiros libres, ningún otro jugador de Portland llegó a forzar un viaje a la línea. Sin el lesionado George Hill, Utah no encontró a ningún defensor exterior capaz de minimizar los daños pese a los 21 puntos de Gordon Hayward en el lado ofensivo.

A una victoria


Sin inspiración ofensiva, pese a su interés de ganar para mantener el valioso 4º puesto del Oeste, los Jazz sucumbieron de forma casi definitiva a Lillard en el tercer cuarto, donde el base de los Blazers anotó más puntos en solitario (19) que sus rivales (18). Ahí se terminó la incertidumbre por el resultado, con la única emoción de saber hasta dónde llegaría la noche mágica de Lillard, quien acabaría fulminando todos los récords anotadores de la franquicia.

Los Blazers consiguen así dejar casi asegurado su pase a los playoffs. Una victoria en cualquiera de los dos próximos partidos que les restan, ambos en casa contra dos equipos sin nada en juego como Spurs y Pelicans, dejaría asegurada su clasificación, con Golden State como su difícil rival en primera ronda. Por contra, Utah deja ahora de depender de sí mismos para tener factor cancha en primera ronda. Si los Clippers ganan sus dos últimos partidos, los Jazz tendrán que abrir su serie con dos enfrentamientos en Los Angeles.


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